Excrementos de perros sin recoger.

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El bosque de Bellver, un lugar de paz y tranquilidad rodeado de naturaleza, se ha convertido en uno de los ‘cagaderos’ caninos de Palma. Nada más llegar ya se pueden observar numerosos excrementos recientes y muchas personas con perros sueltos y sin bolsas. Aunque la lluvia suele limpiar el clima, la de los últimos días no ha podido acabar con la gran cantidad de cacas que se acumulan, sobre todo, en los laterales del camino. Y es que, escuchar entre los ciudadanos que pasean por la zona quejas sobre el mantenimiento es más común de lo que se podría pensar.

Santiago Contestí es uno de ellos. «Hay cacas mires por dónde mires. ¡Esto es una vergüenza!», ha criticado. Como el bosque por la noche no está iluminado, y ahora hay menos horas de luz, «es muy habitual pisar más de una, ya que a veces están en medio y no las ves», ha explicado como experiencia personal. Otro caso muy parecido es el de Benito Pérez, que cada mañana sale a pasear por el bosque de Bellver. Dice estar decepcionado con el comportamiento de los ciudadanos porque «no cuesta tanto que cada uno se lleve a su casa lo que ensucia». Cree que una de las formas de solucionar el problema sería instalar papeleras caninas «así ya nadie tendría la excusa de no llevar bolsas o de no saber dónde tirar los excrementos».

No solo las personas que caminan sin animales juzgan estas hechos. Margaret Jones, una inglesa que reside desde hace varios años en Mallorca y pasea habitualmente a su perro por la zona, ha explicado que el problema es que «los dueños de los canes se piensan que como están en el campo pueden hacer cacas donde quieran». La vecina palmesana ha dicho, mientras pasea a su perro, que «siempre lleva bolsas y que solo lo deja suelto cuando no hay nadie». Aunque el incremento de los excrementos es una de las quejas más sonadas, la conducta de los animales también es otra. Varios ciudadanos han sufrido que perros de desconocidos se les abalancen encima y que en alguna ocasión hayan estado a punto de tirarlos al suelo. Por ese motivo, critican que los dueños de las mascotas deberían mantenerlos controlados en todo momento para que «un día no pase una desgracia».

En los laterales del camino es donde más excrementos se acumulan.

Desde Cort han recordado que los propietarios de los animales están obligados a recoger sus excrementos y que la multa por no hacerlo puede ascender a 1.500 euros. En cuanto a la limpieza, el Ajuntament de Palma ha indicado que los lugares más transitados del bosque, zonas verdes o de juegos se limpian cada día, mientras que los caminos perimetrales se repasan cada semana.

El bosque de Bellver es uno de los pulmones verdes de Palma, un lugar ideal para caminar o hacer deporte en contacto con la naturaleza. Sin embargo, una parte de los que van a pasear a sus mascotas los ensucian permitiendo que sus animales hagan sus necesidades en cualquier parte sin preocuparse por recogerlo.