Las cartas tiradas son visibles incluso desde la carretera.

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Pedro (nombre ficticio a petición del entrevistado) estuvo hace dos años trabajando en CI Postal, del que denuncia el maltrato a los empleados: «Se incumplía el contrato y el convenio. No se respetaban los horarios establecidos y siempre nos daban vacaciones obligadas en días festivos sin poder elegir fecha. En la oficina los responsables no se ponían la mascarilla». «Yo tiré unas 2.000 cartas que eran recibos. Solo en clasificarlas tardaba más de tres horas y amenazaron con despedirme. Durante dos días tiré cartas a la basura y contenedores de reciclaje. Ya sé que hice mal, pero era imposible cumplir con los objetivos de la empresa y había gente que se dedicaba solo a entregar multas y lo hacía».

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Incentivos

Este ex trabajador denuncia que los responsables «ganaban un incentivo por cada multa que entregaban, por eso nos presionaban tanto». Algunos trabajadores también recibían incentivos «de hasta 150 euros al mes. Pero es que cobrábamos 900 euros sin pagas extra y teníamos que pagarnos nosotros el transporte». También cuenta que se decía que se eliminaban multas y notificaciones ante el retraso en el reparto.

«Muchos compañeros, para llegar al objetivo de las 200 multas diarias, no dejaban las notificaciones que habíamos pasado con la multa o las tiraban debajo de la puerta. La empresa dejaba caducar multas y mentían al Ajuntament diciendo que las había perdido el repartido», añade Pedro. La responsable de la empresa CI Postal en Balears y otros cuatro empleados fueron detenidos por la Policía Nacional el pasado mes de febrero en el marco de la operación Strogoff. Siguen a la espera de juicio.