Esteban Carvajal posa, ayer, ante el Palau de la Premsa. | Pilar Pellicer

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El aval del Govern para financiar el 100 % de la hipoteca sin necesidad de aportar la entrada inicial ha sido recibido con entusiasmo e incredulidad a partes iguales por los ciudadanos. Aún a la espera de la letra pequeña y del procedimiento exacto a seguir para solicitar la ayuda, son muchos los mallorquines que se aferran a esta medida como una vía para encontrar vivienda digna a un precio asequible en la Isla. Esteban Carvajal (Marratxí, 1993) es uno de ellos.

A pesar de la falta de sanitarios en la Isla, Esteban, que trabaja como personal de servicio en una residencia de la tercera edad, al tiempo que estudia Enfermería en la Universitat de les Illes Balears (UIB), baraja la opción de abandonar Mallorca: «El aval es la única solución para no tener que irme». A sus 29 años y con un sueldo de 1.250 euros al mes, ve imposible ahorrar para pagar la entrada de una casa: «A no ser que tengas la ayuda de tus padres y puedas ahorrar durante años, los sueldos de ahora no son suficientes», recalca. En alguna ocasión había planteado la compra de un piso, pero los bancos le pedían entradas de entre 30.000 y 40.000 euros, efectivo del que no dispone. Entre gastos diarios, impuestos y el alquiler, el sueldo, dice Esteban, «no da para ahorrar», y menos, tal cantidad de dinero. Ante la falta de liquidez, se planteó pedir un préstamo solo para hacer frente a la entrada de la hipoteca, pero la inestabilidad económica actual le disuadió de hacerlo.

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En los últimos cinco años ha pasado de pagar 500 euros mensuales de alquiler (con gastos aparte) en plena Plaça Major de Palma, a compartir ahora un piso en el barrio de s’Escorxador a 300 euros por habitación, una auténtica ganga hoy en día. Ha llegado a vivir en el almacén interior de un edificio de Santa Catalina por 500 euros al mes. «Los jóvenes tenemos el acceso a la vivienda mucho más difícil que nuestros padres. Quizá ellos cobraban menos, pero los precios no estaban tan inflados como ahora», afirma Carvajal. El tipo de propiedad que busca el marratxiner es un piso, de unas dos o tres habitaciones, en un barrio tranquilo y accesible de Ciutat. «No ha de estar destartalado. Si no tengo dinero para pagar la entrada, probablemente no lo tendré para hacer obras de envergadura», subraya.

Requisitos

Según anunció la presidenta Francina Armengol la semana pasada, Esteban cumpliría los principales requisitos para pedir una hipoteca, con aval del Ejecutivo autonómico: lleva más de cinco años empadronado en Balears y opta a comprar un piso por menos de 270.000 euros. Además, está en lista de espera para obtener una Vivienda de Protección Oficial (VPO), usuarios, que, aseguró el Govern, tendrán prioridad en la adjudicación del aval. Según las previsiones que se sopesan, se podrán beneficiar de la ayuda, con 15 millones de presupuesto, unas 500 familias de la comunidad.