El texto que se está tramitando en el Parlament pretende ser el documento base que defina las líneas educativas del siglo XXI. Con la excepción de los asuntos relacionados con la Religión, los partidos del pacto de izquierdas están intentado alcanzar un consenso máximo con el resto de formaciones de la oposición.  | Teresa Ayuga

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El consenso de la izquierda en torno al proyecto de ley de educación acaba de saltar por los aires en un tema especialmente delicado: qué se hace con las referencias a la Religión en el texto que está a punto de aprobar el Parlament balear. Podemos y Més per Menorca (MxM) han presentado sendas enmiendas para eliminar del texto todas las referencias a la religión. Las enmiendas han sido inicialmente rechazadas en el debate de ponencia, pero tanto la diputada de Podemos, Gloria Santiago, como el portavoz de Més per Menorca, Josep Castells, han anunciado que mantendrán las    propuestas para que se voten tanto en el debate de comisión como cuando el texto llegue a pleno.

Santiago defiende que esta ley educativa debe ser una punta de lanza y considera que sería «muy simbólico» que Balears fuera la primera comunidad en suprimir estas referencias. La enmienda presentada por Castells va más allá de la línea que defiende Podemos. Propone que, en cualquier caso, queden excluidas del proyecto del centro educativo «todas aquellas actividades de carácter religioso, independientemente de su titularidad». No se podrán realizar dentro del centro educativo, añade el partido menorquín. Lo llamativo es que Podemos también votó en contra.

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Brecha en la izquierda

La postura de estos dos partidos ha abierto una profunda brecha en el pacto, especialmente por la enmienda de Podemos, que forma parte del Govern. Algunas voces de Més consideran que los morados están siendo desleales porque saben que la ley debe mantener las referencias a la Religión tanto porque así lo estipula la ley educativa estatal como el Concordato firmado con la Santa Sede.

Més y el PSIB han votado en contra de estas dos enmiendas, pero en las filas ecosoberanistas no ocultan su incomodidad porque se sienten entre la espada y la pared. Ya hay quienes en la formación plantean la posibilidad de votar a favor de las dos enmiendas de Podemos y de Més    per Menorca por coherencia ideológica y porque consideran que el Parlament balear debe ser soberano en la toma de decisiones y, si el Gobierno presenta un recurso de inconstitucionalidad, que lo haga.

Tanto el PSIB como Més reconocen que se sienten más cómodos con la idea de defender una sociedad balear multicultural y multirreligiosa en la que la religión no quepa en las aulas, pero insisten en que el texto presentado por la Conselleria d’Educació debe respetar estos mandatos para evitar que el Gobierno presente un recurso. El debate sobre si se suprimen o no las referencias a la Religión se abordará de nuevo en las reuniones de comisión, previstas para los próximos días. Por el momento, los dos socios de Podemos en el Govern han anunciado que el voto será contrario tanto a las enmiendas de Podemos como a las de Més per Menorca.

El apunte

El conseller ya defendió que es hora de abrir el debate sobre la Religión en las aulas

El conseller d’Educació, Martí March, es quien ha elaborado el proyecto que ahora debate el Parlament y que quiere aprobar con el máximo consenso. De ahí que en el texto respete el orden de competencias del Govern y del Gobierno en la materia y no se apueste por la supresión de la Religión. No obstante, en un pleno reciente, a preguntas de Vox relacionadas con las clases de Religión Islámica, el conseller señaló que su voluntad no era hacer de la religión la clave del sistema educativo y que era partidario de abrir un gran debate «estatal» sobre el papel de la religión en las escuelas. La clave está precisamente en que se trata de una competencia del Gobierno en la que, en teoría, no pueden entrar a legislar las comunidades autónomas. Ese es el punto al que se agarran PSIB y Més.