Maite Pons en una Qualcada. | Twitter: @maiteponspons

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La polémica de las últimas horas en Menorca sobre la participación de las mujeres en la vida pública, y más concretamente en un acto tan tradicional, multitudinario y señalado como las fiestas de Sant Joan de Ciutadella, acumula distintas derivadas. Ayer fue la respuesta generalizada del estamento político para censurar las palabras de Joan Fedelich Benejam, l’amo de Sant Joan Gran que desde 1997 participa como cavaller (jinete) en la Qualcada.

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Fedelich, en la presentación de Salvem Sant Joan, consideró que la festividad no debe contar «ni políticas, ni, con todos los respetos, mujeres de por medio». En sus palabras mostró su postura, la que comparten algunas personas en Ciutadella, que prefiere ver la fiesta como siempre ha sido. No obstante, en otros puntos de Menorca sí se ha incorporado a la mujer a vivir la fiesta popular a lomos del caballo como protagonista, y no como mera espectadora. Maite Pons es una fiel muestra de ello, y ella misma se ha ocupado de recordárselo a todo el mundo, también a los más puristas que prefieren que todo siga eternamente igual.

La también regidora d'Urbanisme, Energia i Residus en Ferreries, de Més per Menorca, ha compartido en Twitter varias imágenes ejerciendo el papel de caixera. Responde después a los comentarios de otros usuarios para recordarles que en Sant Bartomeu de Ferreries hace «51 años que salió la primera dona caixera de la historia de Menorca». Las palabras de Benejam provocaron este pasado lunes numerosas reacciones y críticas en cascada, de Menorca y también de fuera de la Isla empezando por la propia presidenta del Govern, así como comentarios en las redes y comunicados de los partidos progresistas que, de forma unánime y contundente, pidieron la dimisión de Fedelich.