El dispositivo ya ha sido desmantelado. | Twitter: @cmat_ib

TW
9

Wally, la ballena gris de grandes dimensiones que ha sido vista este jueves por la mañana en la zona de Santa Ponça, ha partido hacia las Illes Malgrats. El dispositivo que se había desplegado para evitar que el animal varase ya ha sido desmantelado.

El Consorcio para la Recuperación de la Fauna de Baleares (Cofib), el Palma Aquarium, Salvamento Marítimo, Agentes de Medio Ambiente del Govern balear, el Servicio Emergencias 112 y la Fundación Save The Med han participado en el seguimiento del cetáceo.

Las horas en la bahía mallorquina han sido complicadas. Incluso desde el 112 han tenido que pedir a la gente que no se acercase a la ballena porque «está enferma y necesita tranquilidad». Desde la conselleria también han recordado que el estado de la ballena «es delicado y necesita tranquilidad».

Antes de Mallorca Wally ha visitado Ibiza, y al parecer hace un tiempo que quedó atrapada en nuestro mar. En declaraciones a Europa Press, la coordinadora de proyectos de la Asociación Tursiops y licenciada en Ciencias del Mar, Marga Cerdà, ha explicado que la ballena gris es un cetáceo que habita la zona norte del océano Pacífico. Concretamente, se encuentran en dos zonas: entre Alaska y California y entre Japón y Corea, esta última es una zona con muy pocos efectivos, alrededor de 29.

Noticias relacionadas

Según Cerdà, la hipótesis más probable es que el animal haya avanzado por el paso del Noroeste y en su migración hacia el norte se haya metido en el Atlántico. «Al ser una animal que migra a muchos miles de kilómetros ha seguido y ha acabado aquí», ha señalado.

La experta ha indicado que la ballena no tiene ahora recursos para alimentarse puesto que come pequeños crustáceos de arenas limosas del mar del norte. Además, ha apuntado que en las fotografías se ve que el animal tiene la columna vertebral muy marcada y «pocas posibilidades de supervivencia».

Cerdà ha afirmado que hace 300 años hubo una población de ballenas grises en el Atlántico, por lo que si el animal consigue salir tendría posibilidades de sobrevivir, algo que es «complicado» en el mar Mediterráneo.