La vacuna contra la COVID se presenta como la gran esperanza.

TW
12

La vacuna contra la COVID-19 se presenta como la gran esperanza para superar la pandemia. Sin embargo, este jueves ha sorprendido el contagio de cinco usuarios de la residencia de la tercera edad de Montuïri, que habían recibido la segunda dosis de la vacuna hace 14 días.

Desde el IB-Salut han explicado que «el hecho de vacunarse evita desarrollar la enfermedad de manera grave; no evita contagiarse o contagiar». Además, ha destacado que «las residencias siguen haciendo cribados semanales y entra dentro de la normalidad que haya nuevos positivos. La diferencia es que estos positivos serán asintomáticos o desarrollarán la enfermedad de manera leve, lo que bajará las tasas de ingresos hospitalarios y de mortalidad de la población más vulnerable».

En términos similares se explica el especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, Joan Carles March, ha manifestado que «la vacuna, más que impedir los contagios, lo que hace es reducir la carga viral y hacer que los síntomas sean menos graves. De todas formas, según un estudio preliminar, la vacuna de Oxford evita los contagios de coronavirus y no solo contraer la enfermedad».

Además, añade que «también sabemos que algunas personas vacunadas podrían convertirse en transmisoras asintomáticas del virus, al estar en principio, suficientemente inmunizadas para evitar la enfermedad, pero no lo bastante como para impedir la infección y el contagio a otros individuos. Es de esperar que las diferentes vacunas (hasta ahora sólo sabemos lo apuntado sobre la vacuna de Oxford) ofrezcan cierta protección frente al contagio si son capaces de proteger frente a la enfermedad, aunque no se sabe hasta qué punto».

March explica que «si en los ensayos clínicos veíamos que la eficacia total era alrededor del 95 %, se piensa que después de la primera dosis es en principio en torno a un 50 %, aunque algunos estudios iniciales hablan de algo más. De todas formas hay que decir que la tasa de contagios entre los vacunados en Israel es insignificante después de la segunda dosis. Así, los primeros estudios (preliminares) muestran que solo el 0,04 % de las personas se contagió una semana después de recibir la segunda dosis y el 0,002 % necesitó tratamiento hospitalario».

Además, advierte que «puede darse el caso de que una persona se vacune con la primera dosis y se infecte a los 15 días, puesto que la vacuna no exime del contagio, aunque a partir de la primera semana reduce a la mitad las posibilidades».

Noticias relacionadas

En este sentido, destaca que «la protección óptima de las vacunas autorizadas actualmente en España se obtiene transcurridos de siete a 14 días tras haber recibido la segunda dosis. Debido a que no se conoce con precisión durante cuánto tiempo persisten los anticuerpos tras una infección y que la vacunación es segura en personas previamente infectadas, se recomienda administrar la segunda dosis, una vez terminado el periodo de aislamiento».

Por ello, «es importante no retrasar la segunda dosis de la vacuna si se ha cumplido la cuarentena y se es asintomático. Personas que se han vacunado y han enfermado, lo lógico es que se pongan la segunda dosis cuando les toque, siempre y cuando estén sanos. Si un día antes de la segunda dosis se coge el virus, evidentemente no se debe vacunar, debe esperar unos días a estar asintomático y completamente recuperado. En caso de no experimentar síntomas, se debería esperar la cuarentena de los 10 días».

¿Es necesario vacunar a alguien que ha pasado el SARS-CoV-2?

El especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública asegura que sí «porque no sabemos ni cuánta inmunidad ha conseguido ni cuánto tiempo le va a durar. Por lo tanto, es necesario reforzar la inmunidad, a pesar de que haya padecido la enfermedad. No existe ninguna contraindicación en vacunar de una enfermedad a personas que la hayan superado, ni en el caso de la COVID-19 ni en otras patologías».

Además, precisa que «a partir de vacunarse, se ha pedido a todas las personas que hayan sido vacunados que sigan cumpliendo la normativa sanitaria hasta que un porcentaje alto de la población haya recibido las dosis correspondientes de la vacuna. Hasta entonces, se solicita el uso de mascarilla, el lavado de manos frecuente, mantener la distancia interpersonal, limitar el número de personas en reuniones, elegir actividades que puedan realizarse al aire libre o en espacios correctamente ventilados y quedarse en casa si se tienen síntomas o se ha estado en contacto con positivos en coronavirus».

March explica que el motivo para mantener las precauciones, incluso tras haber sido vacunados, es ayudar a proteger a los demás. «Cuantas más personas se vayan inmunizando, menor probabilidad habrá de que el resto de las personas, en particular las más vulnerables, padezcan una enfermedad grave cuando se expongan al virus, o al menos a altas cargas víricas».

A su modo de ver, «es evidente que el final de esta pandemia no solo dependerá de cuándo puedan administrarse los millones de vacunas contra la COVID-19, sino de cuáles son sus eficacias para cortar los contagios y cuánto dura la inmunidad que ofrecen».