Gestiones en el banco. La pandemia y los nuevos usos han cambiado el papel de los bancos y su relación con el público. Con el anunciado proceso de fusión, es previsible que cierren varias oficinas o que algunas entidades lleven el monopolio de las gestiones. Sobre estas líneas, una sucursal de Menorca. | Gemma Andreu

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CaixaBanc y Bankia, en proceso de fusión, suman cerca de 290 oficinas en Balears: 280 según datos que no recogen cierres recientes. O algo menos si sólo se incluye las que atienden directamente al público con personal y no son virtuales, operan sólo con cajeros o se dedican a gestiones relacionadas con empresas. A mucha distancia se sitúan otras entidades bancarias. Sin embargo, el proceso de fusión llevará aparejada el cierre de sucursales. Algunas han cerrado durante la pandemia y por razones diversas. La barriada palmesana de El Terreno se ha quedado sin oficinas.

Hay municipios como Ariany, Banyalbufar, Campanet, Deià o Escorca con sólo una oficina de alguno de los dos bancos en proceso de fusión. Pero es que hay pueblos donde ni Bankia ni CaixaBank tienen ya sucursal, según datos que ha recopilado el PSIB: es el caso de Costitx, Estellencs o Mancor de la Vall.

Son datos que el PSIB ha ido recogiendo para fundamentar la propuesta que acaba de presentar esta semana en el Parlament balear. Pretende garantizar que ningún pueblo de las Islas se quede sin sucursal o que «las entidades bancarias estén presentes en todos los municipios» bien mediante oficinas presenciales de atención al público, redes de cajeros u oficinas móviles.

La banca electrónica

La diputada del PSIB por Mallorca Mercedes Garrido, que defenderá su iniciativa en la Comisión de Asuntos Institucionales (y que también tiene el aval de Més), explica que «aunque no tengamos que ver con eso que se llama la España vacía sí que durante años muchos municipios, sobre todos los más pequeños, han empezado a tener una sensación aislamiento, de quedar desconectados» .

La propuesta principal de su iniciativa parlamentaria, y que permitiría desarrollar las demás, es que el Parlament de las Islas solicite del Gobierno estatal que declare como servicio público de carácter esencial los servicios de carácter financiero y bancario. Recuerda que eso fue lo que ocurrió durante el estado de alarma.

La propuesta reclama también del Ejecutivo autónomo que «promueva la firma de convenios con los ayuntamientos» para extender entre personas mayores y colectivos vulnerables el uso de las nuevas tecnologías. La llamada ‘banca electrónica’ forma parte del día a día y hay entidades que ya la tienen como sistema de relación prioritario.

La diputada Garrido afirma que no quiere alarmar pero que está bastante claro que una de las consecuencias del proceso de fusión será la eliminación de oficinas y los despidos. Fuentes sindicales lo dan por hecho. Explican que eso ya se vio en las Islas cuando Bankia absorbió BMN y desapareció sa Nostra. Según el PSIB es preciso mantener una mínima estructura. Hay zonas de Palma y municipios de las islas donde no quedará ninguna sucursal. Podemos va más allá y reclama una «banca pública».