Imagen del inicio del presente curso con alumnos accediendo a un centro concertado de Baleares. | DANIEL ESPINOSA

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Un total de 27 colegios concertados de Baleares ha cambiado de la jornada partida a la continua o intensiva. Estos centros representan el 23 % de los 115 colegios concertados de las Islas.

Este dato ha sido conocido porque la Conselleria d’Educació debe ser informada de cualquier cambio horario que se produzca. En el caso de los colegios concertados, la Conselleria no interviene ni debe autorizar estas modificaciones, pues corresponden a la titularidad de los centros, pero sí debe ser informada. También ha habido dos centros públicos que han hecho efectivo el cambio y sólo quedan cuatro de la enseñanza pública que mantienen el horario partido.

Los cambios en las jornadas lectivas son motivo en estos días de una intensa polémica, pues hay asociaciones y grupos de madres y padres que los han exigido a los colegios concertados al entender, principalmente, que, con esta modificación, las entradas y salidas de los centros se reducirían de cuatro a dos, lo que disminuiría el número de aglomerciones y las posibilidades de contagio del coronavirus.

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Estas familias también acusan a los centros que rechazan o son reacios al cambio de mantener esta postura para no perder una buena parte de los ingresos por el comedor escolar, pues, con una jornada intensiva, muchos alumnos no tendrían necesidad de este servicio. Anteayer mismo, los colegios diocesanos (una docena con gestión directa del Bisbat de Mallorca) remitieron una carta a las familias en la que se manifestaban en contra del cambio y consideraban «intolerable la presión mediática y el chantaje económico de algunas familias para conseguir este objetivo».

Pese a tratarse de un conflicto en los colegios concertados, el conseller d’Educació, Martí March, se refirió ayer a esta cuestión afirmando que «no soy partidario de los cambios si no son estrictamente necesarios desde el punto de vista sanitario. Sin embargo, desde la Conselleria d’Educació no podemos intervenir ni imponer ningún tipo de jornada a estos centros. Son sus titulares los que deben decidir al respecto. También entiendo que, para algunos centros, no debe resular fácil abordar estos cambios desde el punto de vista organizativo. De cualquier modo, se abre un debate y una reflexión que pueden ser interesantes y útiles de cara al curso 2021-22».

Las familias partidarias de los cambios incluso han promovido encuestas con la finalidad de mostrar a los equipos directivos un supuesto apoyo mayoritario.

A nivel general, Martí March destacó que, en el inicio del presente curso, se han creado mil grupos más para bajar ratios y que el 90 % de las aulas está por debajo de 20 alumnos.