Profesores del Lluís Vives ultiman el nuevo curso. | M. À. Cañellas

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Entre planes de contingencia, dudas y reorganizando las aulas antes de recibir a los alumnos en la ya inminente vuelta al cole. Así se encuentra la mayoría de los centros educativos de la Isla de puertas para dentro, que en tiempo récord tendrán que reunirse, presencial u online, con las familias para dar a conocer cómo será el nuevo escenario estudiantil.

En el colegio Pedro Poveda, en Palma, el escenario B ha condicionado lo que tenían previsto en un principio. Ahora, los profesores han reubicado las aulas e incluso aumentar a una segunda línea para llegar a las ratios permitidas por el Govern. La directora, Rosa Miró, explica cómo ha sido el proceso para montar los nuevos espacios, y entre las novedades destaca que las fuentes para beber en el patio se han eliminado y han construido dos lavamanos. Además, han delimitado por líneas la entrada y salida. En este sentido, también añade que disponen de tres puertas habilitadas donde, de forma escalonada, deberán acudir a una de estas para evitar mezclarse con otros cursos. El centro, que enseña a más de 600 alumnos entre Infantil, Primaria y Secundaria, reconoce la necesidad de solicitar hasta tres profesores, uno para cada etapa escolar.

PEDRO POVEDAFOTO: BOTA
Aula para utilizarse en la vuelta al cole, en el colegio Pedro Poveda. Fotos: PERE BOTA

Clases

Algo parecido lleva a cabo el claustro de profesores del CEIP Marian Aguiló. El director del centro, Pep Mas, explica que en un principio «teníamos previsto aumentar un grupo más en segundo y cuarto de Primaria, pero con las nuevas medidas hemos ampliado un tercer grupo en el resto de cursos». Los docentes, asegura, encuentran «complicado» el nuevo escenario para hacer frente al arranque escolar, aunque se han tenido que adaptar como han podido. En este caso, todavía ultiman los preparativos ante el inicio del cole, acondicionando las aulas con sus correspondiente separación (mínimo 1,5 metros de distancia), geles hidroalcohólicos y líneas para distinguir los accesos. Este centro dispondrá de tres puertas de acceso en el edificio de Primaria y dos para Infantil, y contarán con una ratio de máximo 20 alumnos por clase, algo que también cumplen los demás centros de la Isla.

MARIA AGUILOFOTO: BOTA
El director del Ceip Marian Aguiló y un profesor moviendo muebles.

Uno de los casos excepcionales, por no superar el máximo de estudiantes permitidos en una clase, es el colegio Ágora Portals, que mantendrá la presencialidad al cien por cien. Rafael Barea, director del centro, comenta la «tranquilidad» que viven las familias por las medidas que ya han acabado de implantar, como es un circuito «vial, compuesto por líneas de colores y una rotonda que los niños tendrán que seguir para acceder a las aulas y a otros puntos», o la contratación de una enfermera que será la coordinadora COVID-19 durante todo el curso escolar. Asimismo, realizarán un «escalonamiento brutal», dando un margen de 20 minutos por curso, que es el tiempo que el docente tomará la temperatura a cada niño. Una medida que también ocurrirá en el colegio Lluís Vives, que dispondrá de termómetros y, en caso de superar los 37,5 grados centígrados, no dejarán entrar al estudiante.

Carteles informativos en el Ágora Portals.

En el IES Porto Cristo, su directora, Xisca Bonet, explica que tenían, desde un principio, estudiado tres escenarios posibles «antes de conocer que se aplicaría el escenario B con la semipresencialidad». Así, los alumnos de primero de ESO tendrán clases presenciales aunque de los seis grupos que tenían hasta ahora, se dividirán en nueve. Esta nueva división, comenta, ha condicionado los otros cursos por la falta de espacio en el centro. Los alumnos a partir de 2º de ESO combinarán clases presenciales con trabajos en casa. «Entendemos también que si hay un menor número de alumnos en aulas, se aprovecharán más las horas lectivas presenciales».

En el colegio Beata SorFrancinaina Cirer, en Inca, mantendrán cerrados sus espacios comunes y, en caso de que sean utilizados, se organizará de tal manera que sean en días u horas muy separadas para facilitar la limpieza entre cada grupo. El colegio desarrolla todas las medidas del plan del Govern, y recuerdan desde el centro que no cumplían con la ratio establecida, por lo que han tenido que desdoblar las aulas del segundo ciclo de Primaria, pasando de tres a cinco aulas entre 15 y 19 alumnos.

Digitalización

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Son muchos los centros que ya cuenta con una línea arraigada de la versión escolar online. En centros como Pedro Poveda, todos los alumnos, a partir de quinto de Primaria, «están educados digitalmente». En todos los colegios de Sóller, por ejemplo, facilitaron dispositivos durante el confinamiento a sus estudiantes, con el fin de que continuaran con el estudio que tanto ha damnificado la pandemia. Y en Ágora Portals a partir de cuarto de Primaria llevan a clase tablets o portátiles para seguir la materia. Barea recuerda: «Los profesores estamos llamados a ser la primera línea de defensa para los niños».

Mampara en IES Guillem Colom Casasnovas (Sóller).

Instrucciones de higiene

El uso de geles hidroalcohólicos, separación de mesas o la colocación de mamparas en algunas aulas. Son solo algunas de las medidas que se ven en las escuelas. En el colegio Sagrats Cors de Sóller han marcado las mesas que quedarán libres.

Los centros crean ‘Aulas COVID’

Los centros educativos han habilitado una aula de aislamiento para niños que, en un momento dado, tenga síntomas relacionados con este virus. En Beata Francinaina Cirer, por ejemplo, el profesor acompañará al menor a esta sala hasta que le recoja la familia el tutor.

Los profesores vigilarán que los alumnos no se junten en el patio

Es una de las medidas del plan de contingencia que siguen a rajatabla los centros de Mallorca. Cada clase dispondrá de tiempo de recreo aunque de forma escalonada y únicamente utilizando una zona del espacio exterior. Sin embargo, la merienda será en la aula.

El Govern distribuye los equipos de protección a los centros educativos

El Govern ha empezado a distribuir el material de protección para los trabajadores en los centros educativos públicos, que constan de más de 200 mil mascarillas, 200 mil litros de gel hidroalcohólico y más de 5.000 pantallas protectoras. Todo ello para hacer frente al COVID-19. Se trata de una línea de apoyo en la que trabaja Educación para atender a las necesidades extraordinaria, y cuya inversión ha supuesto 1,17 millones de euros. La logística entregará el material en los centros base de la Isla.

Gel hidroalcohólico en un centro educativo.