Miles de turistas realizan cada año una de las excursiones más bonitas, utilizando el tren, el tranvía y el barco. | J.A. LOPEZ

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La pandemia del coronavirus ha marcado un punto y aparte en el turismo en Mallorca. Con la temporada turística totalmente perdida, el sector intenta con angustia recuperar la actividad. Sin embargo, muchos hoteles siguen vacíos y en las playas casi no se puede encontrar turistas. La recesión económica es devastadora para la Isla.

La versión inglesa de la revista National Geographic ha publicado este martes un artículo titulado El turismo de masas ha preocupado a Mallorca durante décadas. ¿Puede cambiar? en el que plantean y reflexionan sobre el cambio de paradigma.

El periodista Jen Rose Smith plantea dirigir el sector hacía un turismo más sostenible y alejado de las masas de las últimas décadas. La publicación está acompañada de las fotografías del galardonado cineasta y fotógrafo Pep Bonet que ha documentado historias en todo el mundo y pasó la cuarentena en su Mallorca natal.

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El texto cita a los expertos que hablan de la balearización, un concepto que se refiere al desarrollo fuera de control que valora las ganancias a corto plazo sobre la sostenibilidad. Basta con fijarse en el volumen de visitantes durante el verano de 2019 para validar la hipótesis de los estudiosos: unos 11.8 millones de visitantes inundaron la isla durante los meses de calor, mientras que la población local es de menos de un millón.

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La revista de naturaleza apuesta por un modelo más sostenible y asegura que el Govern de Francina Armengol ha estado trabajando en ello durante los últimos años. En 2016, se introdujo ecotasa, se creó una ley contra el turismo de borrachera y tras la pandemia han tomado la polémica de decisión de cerrar las calles de fiesta y desenfreno más concurridas de la Isla.

Por ahora, Mallorca ha escapado de la dureza del coronavirus y las cifras de muertos y contagios son inferiores a las de otras comunidades autónomas. Sin embargo, la crisis económica está más latente que nunca y muchos se preguntas si es posible un futuro diferente. El periodista explica en el artículo que la pésima situación que está atravesando el sector debería convertirse en una oportunidad para residentes y empresarios.

Rose Smith apunta a que una Isla más sostenible y menos masificada puede convertirse en un paraíso para aquellos que quieren tranquilidad y buscan quedarse con la belleza, gastronomía y cultura de la mayor de las Baleares.