María Frontera considera prioritario clarificar la política turística del Gobierno. | M. À. Cañellas

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La entrevista se demora. Es jueves y hace apenas unos minutos que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado sus planes para reactivar el sector turístico español. María Frontera se muestra cauta sobre sus efectos hasta que no se conozcan los detalles. Desde su punto de vista, el sector no se recuperará de esta crisis hasta el año 2022.

¿Qué le ha parecido lo que ha dicho el presidente?

—La música, por decirlo de algún modo, las sensaciones, son positivas pero hay que ver en qué se concretan las propuestas.

¿Este plan llega tarde?

—Al turismo, y no hablo de Baleares, se le da importancia ahora, pero todavía hay muchos departamentos que no lo tienen en cuenta. Con la pandemia se han percatado de su trascendencia y les ha sorprendido, de hecho la figura de la ministra Reyes Maroto no se consideraba una figura principal en el Gobierno cuando es un ministerio que tiene un enorme peso económico y que debería figurar en la primera línea. Para los hoteleros la liquidez y todo el tema laboral es esencial para la supervivencia de las empresas. Quiero ser clara, si los ERTE no se prolongan muchos cierres serán inevitables.

¿Problemas de liquidez después de unas temporadas excepcionales?

—Venimos de unos años buenos, es cierto, pero también se han hecho inversiones muy fuertes. Mire, no sabemos cuánto durará la crisis, la recuperación no se contempla hasta 2022. La quiebra de Thomas Cook dejó muchas empresas tocadas, sólo en IVA se han abonado 20 millones de facturas no pendientes.

¿Y los ERTE?

—Es imprescindible prolongarlos en las mismas condiciones que ahora, sin esta herramienta el sector no sobrevivirá. No olvidemos que proteger a las empresas es proteger a los trabajadores.

¿Cómo será esta temporada?

—Dura, complicada y con muchas incertidumbres. La demanda se reactivará en función de la conectividad aérea.

¿De qué ocupación estamos hablando?

—Le puedo asegurar que muchos hoteles no abrirán. La cuestión está en dónde habrá menos pérdidas, ningún establecimiento alcanzará el 100 % de ocupación. Todavía hay muchas variables abiertas, por ejemplo no sabemos qué planificación de vuelos habrá. Los hoteleros estamos flexibilizando al máximo las reservas y algunos establecimientos ya han abierto el calendario de 2021 para trasladar reservas; pero la competencia de otros destinos es muy fuerte. Los mensajes que se den deben ser claros.

¿A qué se refiere?

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—La inestabilidad laboral genera dudas, incluso en los mercados emisores. La cuarentena que se decretó generó una cascada de anulaciones. Es por eso que digo que hay que ser claros en qué política turística se quiere hacer. En Baleares trabajamos de manera coordinada con los sindicatos, porque esta situación también afecta a los trabajadores.

¿Considera que el plan piloto ha generado un espejismo?

—Efectivamente, puede que lo sea. La apuesta de TUI es positiva y demuestra que la colaboración público privada funciona, lanza un mensaje de fortaleza y seguridad. Pero también debo decir que la reactivación no es generalizada. Los hoteleros nos tendremos que adaptar a la evolución de la crisis sanitaria, aspecto en el que los datos son muy importantes y tenemos que ser muy rigurosos.

Le noto preocupada por la conectividad aérea ...

—Es que la planificación es básica y todas las decisiones han llegado tarde, Madrid debe entender cómo funciona la operativa de una temporada turística.

Palma 12:00 horas.
Un momento de la entrevista que Frontera mantuvo con el subdirector del periódico, Germà Ventayol.

¿Qué dicen los mercados emisores?

—Las decisiones de los gobiernos de cada país nos afectan, las recomendaciones que hacen a sus ciudadanos son fundamentales. Los países nórdicos desaconsejan venir a España. Son cuestiones que complican la toma de decisiones, por eso creo que la inteligencia turística es fundamental. El Consell de Mallorca, que tiene la competencia de la promoción, sí que ha reorientado su estrategia de promociones tras la pandemia; esta es, desde mi punto de vista, la forma en la que hay que trabajar. Esta crisis es indescriptible desde el punto de vista humano y sus efectos sociales; todos vivimos emociones difíciles de asumir. Creo que es el momento de priorizar y demostrar que si se quiere se puede, lo hemos visto en el campo tecnológico de las empresas y los trabajadores. También considero que debemos repensar la manera de trabajar, tanto de la Administración como de las empresas.

Hace dos meses esta entrevista no hubiera tenido sentido ... Entre otras razones porque nada hacía suponer que habría temporada turística.

—Es cierto, entonces todos los indicadores eran negativos y no tenía que haber temporada. Ahora, los números de nuestros 850 asociados serán los que serán. Tenemos que seguir apostando por la desestacionalización, pero lo primero es gestionar el miedo a viajar y ser muy claros en los mensajes a los clientes. Por fortuna Mallorca es un destino muy conocido y con una elevada tasa de repetidores. Hay un detalle poco conocido y es que durante la pandemia en España había 300 hoteles abiertos y no se ha producido ningún problema.

¿Quienes saldrán más perjudicados, los grandes o los pequeños hoteleros?

—Pues dependerá de su situación financiera. El sector está muy atomizado, y el 2021 seguirá siendo un año difícil.

¿Qué opina de la venta de los hoteles Formentor y Punta Negra a cadenas de superlujo internacionales?

—Creo que es una buena noticia y confirma que Mallorca sigue siendo un destino muy demandado. Debemos creer en nuestras fortalezas.

El decreto para la ampliación del 15 % de los establecimientos les ha provocado una lluvia de críticas ...

—Le voy a ser sincera, este decreto nos crea inseguridad jurídica y en todo caso permitirá hacer algunas adaptaciones en los hoteles. Le aseguro que no es un decreto a la carta y, además, de momento no sirve para nada.