La bandera roja volvió a ondear este lunes en la playa de Can Pere Antoni, cerrado al baño. | Pilar Pellicer

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Una vía de transmisión del coronavirus «es la derivada de la presencia del virus en aguas residuales que puedan llegar a masas de agua de baño». Así se indica en el informe ‘Recomendaciones para la apertura de playas y zonas de baño tras la crisis de la Covid 19’, elaborado por el Ministerio de Sanidad.

Este informe explica que las aguas residuales son sometidas a una serie de procesos unitarios de tratamiento «en los que es probable que el virus se inactive significativamente más rápido que otros virus entéricos humanos sin envoltura con transmisión conocida por agua». Pero, advierte, «el riesgo de exposición» al coronavirus «podría aumentar por la contaminación del agua bruta por las aguas residuales sin depurar, por ejemplo tras lluvias o tormentas intensas, escorrentías, etc.».

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En general, el texto recuerda que la Organización Mundial de la Salud ha señalado recientemente que el riesgo debido a la Covid-19 en el baño recreativo «se relaciona más con el bajo respeto al distanciamiento social y menos con el virus en el agua».

Este informe es de gran relevancia para Palma, pues la ciudad sufre desde hace años los vertidos de aguas fecales en varias playas del municipio cada vez que se producen fuertes lluvias, lo que provoca, como ocurrió ayer mismo, el cierre de algunas de ellas, en este caso Can Pere Antoni y Ciutat Jardí.

Emaya informó este lunesque las intensas lluvias de la noche del lunes habían provocado vertidos de aguas mixtas ante el Baluard del Príncep y el Torrent Gros. Por este motivo, las playas de Can Pere Antoni y Ciutat Jardí se cerraron al baño desde primera hora y se señalizaron con bandera roja. Desde la empresa se explicó que estará prohibido bañarse en estas dos zonas hasta que los análisis de las aguas indiquen que son aptas para el baño.