El Govern pretende impulsar el sector de la construcción. | P. Pellicer

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El Govern balear cambia su propia Ley de Urbanismo para agilizar el sector de la construcción y eliminar tramas burocráticas. La Ley se aprobó en la pasada legislatura para modificar a su vez una norma anterior aprobada en la época en que Gabriel Company era el conseller de Territori.

La modificación busca acelerar el sector de la construcción con la eliminación de trabas, que básicamente se concretan en que no se necesitará licencia para las grandes obras de reforma: como anunció la presidenta, Francina Armengol, bastará con una declaración responsable.

El decreto señala que esta modificación se hace con el objetivo de contribuir a la reactivación económica y potenciar el sector de la construcción. En cualquier caso, esta medida estará operativa de forma temporal hasta el 31 de diciembre de 2021.
Pisos y aparcamientos

Otra modificación importante tendrá consecuencias en el tamaño de los pisos: se facilita que los promotores hagan pisos más pequeños ya que la norma cambia el sistema de cesión de los promotores, que ya no será por piso construido sino por metros edificados.

También hay un cambio sustancial que tiene que ver con el espacio público cedido a las plazas de aparcamiento. A partir de ahora deberán dejarse menos plazas para aparcar en la calle para dar más terreno a zonas dotacionales o de ocio.

El decreto señala que la crisis provocará un aumento de la emergencia habitacional «a causa de la pérdida de poder adquisitivo de gran parte de la sociedad balear». Por esta razón, considera «indispensable» introducir mecanismos para favorecer la construcción de viviendas protegidas «garantizando la rentabilidad económica de la iniciativa privada». Las modificaciones aprobadas simplifican las cargas administrativas y se facilita que opere el silencio positivo.

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Más cambios hoteleros

El decreto incluye también nuevas modificaciones en otra de la leyes importantes ya modificadas en la anterior legislatura: la de Turismo. Además de facilitarse el aumento de edificabilidad hasta un 15 por ciento –hasta ahora era un 10– y de permitir el cambio de uso de los hoteles obsoletos en VPO, la nueva norma cambia otras disposiciones. Se busca dar más margen a los hoteleros a adaptarse a los requisitos de autoevaluación «ya que se considera que la incerteza provocada por la crisis ha de conducir a disponer de un margen de flexibilidad tanto para los establecimientos como para las administraciones turísticas».

También se permite que habitaciones individuales que dispongan de una área de dormitorio con más de 10 metros útiles puedan ser ocupadas como dobles «siempre que otras habitaciones dobles se ocupen como individuales y, por tanto, no sobrepasen la capacidad declarada de ocupación del alojamiento».

El decreto elimina la posibilidad de que establecimientos turísticos con la baja definitiva puedan volver a abrir en unas condiciones excepcionales «que ya no se consideran adecuadas con la situación turística de nuestro archipiélago».

La posibilidad de ampliar las instalaciones hasta un 15 por ciento también afectará a restaurantes, centros culturales y establecimientos de ocio, pero deberá ser ratificada por la autoridad turística competente, que en el caso de Menorca y Eivissa son los consells, y en el de Mallorca, el Govern.

Además de la de Urbanismo y Turismo, el decreto modifica una docena de leyes de Balears y deroga disposiciones de otras tantas normativas de las Islas. Como curiosidad, el Govern aprovecha esta norma para establecer, incluso, una nueva regulación que afecta a las áreas recreativas que gestiona el IBANAT para poder ejecutar «de manera inmediata y urgente» las actuaciones de mantenimiento y mejora de estas zonas. El decreto incluso cambia la ley de creación del Colegio de Guías Turísticos para suprimir la colegiación obligatoria.