Panorámica del edificio okupado en sa Indioteria. | Alejandro Sepúlveda

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El local del parque Bartomeu Verd, en sa Indioteria, fue utilizado por el club de petanca de la barriada hace unos años. Es una caseta de ladrillo que pertenece al Ajuntament de Palma y tiene un grafiti mal hecho de un virus de color gris en uno de sus laterales. Los vecinos están preocupados porque una pareja de okupas con un niño pequeño, de unos dos años, forzó la puerta de acceso durante la semana del 16 al 22 de marzo, en pleno estado de alarma, y se instaló allí.

Trece vecinos les han denunciado por delitos de usurpación de inmueble, defraudación de fluido eléctrico y daños. Piden a Cort que tome medidas y que los Servicios Sociales se hagan cargo de su situación y les ofrezcan una alternativa. «Nos sentimos inseguros y también estamos preocupados por las condiciones precarias en las que están viviendo con un hijo menor de edad», dice un vecino que prefiere no revelar su identidad.

El presunto okupa sacó ayer a las 12.00 horas un deshumidificador de un Citroën Xsara negro y lo introdujo en el local que colinda con las viviendas. «La ocupación se ha producido durante la vigencia del estado de alarma decretado por el Gobierno a causa de la propagación de la COVID-19», indican en la denuncia. La pareja habría aprovechado este momento ya que «la labor de vigilancia ante tales delitos por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se habría reducido al centrar sus labores en la contención del virus».

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Hace unos días que los residentes de la zona vieron cómo los okupas introducían muebles en su nueva vivienda. La pareja cobra ayudas del paro, según ha podido saber este periódico. «Los denunciantes pasamos junto al local para ir a tirar la basura y hemos observado que han pintado las cristaleras para evitar ser vistos desde el exterior». Los vecinos han aportado una serie de fotografías, ya que las puertas de los contadores correspondientes al local han sido forzadas.

Los okupas se habrían conectado a la corriente del contador situado a escasos metros. «El hecho de que se encuentren las puertas de los contadores abiertas implica un eventual riesgo de que ahora o después de la cuarentena alguien, y particularmente los hijos menores que algunos tenemos, pudieran electrocutarse».

La Policía Local de Palma acudió el 30 de marzo en torno a las 11.15 horas e identificó a la pareja denunciada. Los okupas se desplazan en un Citroën Xsara, pero casi no salen de su nueva vivienda en la que cumplen el confinamiento. Ayer escuchaban música por la mañana.