Catalina Maria Moyà y Pere Josep Bauzá.

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Lo que tenía que ser un viaje idílico a Costa Rica y Panamá se ha convertido en una pesadilla por el brote de coronavirus. Desde el pasado miércoles, el joven de Petra Pere Josep Bauzá y la vecina de Binissalem y médico de Son Espases Catalina Maria Moyà están atrapados en el aeropuerto de Sant José, la capital de Costa Rica, sin saber cuándo podrán regresar a Mallorca.

Partieron hacia los países de América Central el pasado 29 de febrero y tenían billetes para regresar el 16 de marzo. Aún así, y ante «el empeoramiento de la situación decidimos acudir a Iberia para cambiar nuestro vuelo al 13 de marzo», según cuentan Bauzá y Moyà. No pudieron. «Desde la compañía nos dieron un mensaje de tranquilidad y nos aseguraron que no habría problemas para volar el 16 de marzo», explican, pero sí los han tenido.

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El 14 de marzo la compañía aérea les anunció que cancelaba su vuelo, previsto para dos días después, debido a que Europa había cerrado fronteras con Panamá y ahí empezaron los verdaderos quebraderos de cabeza.

Tras la declaración del estado de alarma en España, estos jóvenes mallorquines se pusieron en contacto con la Embajada española en Panamá «y les explicamos la situación indicando que soy médico y era urgente nuestro regreso. Nos dijeron que volviéramos a hablar con Iberia diciendo cuál es mi profesión y la urgencia de nuestro regreso y que nos cambiasen el vuelo pasando por Costa Rica, de los pocos países que permiten vuelos con Europa», según palabras de Catalina Maria Moyà.

Tras varias gestiones consiguieron un vuelo hacia San José, capital de Costa Rica, pero los problemas continuaron. No disponían de la tarjeta de embarque para volar hacia Madrid y en el control de migraciones les prohibieron la entrada al país. Además, les cancelaron su vuelo a Madrid y les advirtieron que si no podían volar deberían regresar a Panamá. Ahora están en el aeropuerto de San José, durmiendo delante del mostrador de Iberia para que les den una solución.