Instalaciones de impulsión y distribución del agua de sa Costera ubicadas junto al Port de Sóller. | ARCHIVO

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La fuente de sa Costera cumple en este 2019 su primera década de funcionamiento como aportación al sistema hídrico de Mallorca. Como se recordará, el agua de sa Costera, que antes se perdía en el mar, fue definitivamente canalizada en 2009 a través de una conducción de 23,8 kilómetros hasta Palma, de los que 9,7 kilómetros son de trazado submarino entre la fuente y el Port de Sóller. La inversión superó los 70 millones de euros y sigue siendo la mayor en una infraestructura hidráulica de Baleares.

Así, desde 2009, sa Costera ha aportado casi 35,3 hectómetros cúbicos de agua, lo que serían 4,8 veces la capacidad del embalse del Gorg Blau. Por su parte, desde 2010, la desaladora de Palma ha aportado 44,2 hectómetros cúbicos.

De hecho, los dos últimos años completos, 2017 y 2018, han sido los de mayor aportación de sa Costera, con casi 4,6 y 5,6 hectómetros cúbicos, respectivamente. El último dato es el de mayor captación en su primera década, teniendo en cuenta que, al tratarse de una fuente, su aportación depende de la pluviometría. 2015, un año seco, fue el de menor aportación, con 0,9 hectómetros cúbicos.

Ernest Santamaría, secretario general de la Agència Balear de l’Aigua i la Qualitat ambiental (Abaqua), explica que «sa Costera es una infraestructura hidráulica emblemática por su aportación y por la inversión. Su aportación se incorpora al sistema hídrico de Mallorca y puede llegar a Palma, Andratx, Alcúdia y Maria de la Salut, y destinarse a la recarga del acuífero de s’Estremera, pero una parte es para el caudal de la propia zona de la fuente y para el suministro de Sóller. En años de abundantes lluvias y mucha aportación, superior a la capacidad de la tubería, el excedente se echa al mar, tal como ocurría antes de la canalización».

Santamaría señala que «aunque se trate de agua de una fuente de Tramuntana, presenta algunos problemas de turbidez que se solucionan en el depósito del Port de Sóller.

Asimismo, en una infraestructura de estas dimensiones, son necesarias tareas de mantenimiento.», informa.

«Sólo en dos ocasiones –continúa– se han producido roturas por los efectos de los temporales, pero siempre han sido al pie de la fuente, no en su trazado submarino, que cuenta con una protección de hormigón. En esas reparaciones al pie de la fuente ha sido necesaria la intervención de barcazas y helicópteros. En el trazado submarino no ha habido ningún problema».