La Font de Mestre Pere, la tercera en importancia en Palma, abastece a la población desde época musulmana. | Archivo UH

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Emaya tiene sobre la mesa para su adjudicación en el próximo consejo de administración, que se celebrará en julio, el proyecto para dotar a la planta de Son Tugores de un nuevo sistema de tratamiento del agua de las fuentes que permitirá duplicar la cantidad de este líquido que se trata y, por tanto, la que se podrá utilizar para el consumo. Además, y no menos importante, este sistema contribuirá también a seguir mejorando el sabor del agua del grifo en Palma, principalmente por la mayor eficiencia en la reducción de fangos característicos del agua de las fuentes, así como la mayor eliminación de los residuos secos. Con este proyecto, en definitiva, se mejora la tecnología utilizada para el tratamiento de agua, apostando por la ultrafiltración.

El Ajuntament tiene como objetivo, de la pasada y de esta legislatura, mejorar la percepción del agua del grifo que tienen los palmesanos a fin de potenciar su consumo, e incluso, en la medida de lo posible, mejorar su sabor. Los anteriores responsables de la empresa municipal defendían que fomentar el consumo del agua del grifo es «beneficioso para los ciudadanos y el medio ambiente, es saludable, más cómodo y más barato». Pero para ello es preciso mejorar su sabor, algo que se considera «posible», y romper un mito extendido de que la cal del agua del grifo es nociva para el ser humano. Aunque el sabor del agua del grifo es un parámetro subjetivo, éste viene determinado, a grandes rasgos, por la cantidad de cloro presente y por el nivel de mineralización. Ambos parámetros se gestionan por separado.

En cuanto al agua de las fuentes, actualmente se tratan 500 litros por segundo (en un día se pueden tratar hasta 45.000 metros cúbicos), pero con el nuevo sistema se podrán tratar 1.000 litros por segundo (hasta un total de 90.000 metros cúbicos al día). De esta manera se asegurará poder tratar casi toda el agua de las fuentes en los momentos de máxima aportación por lluvias intensas. Hasta ahora en estos momentos puntuales no se puede aprovechar toda el agua aportada por las fuentes que abastecen Palma –las fuentes de la Vila, den Baster y de Mestre Pere–. Este incremento de capacidad de tratamiento puede suponer a lo largo de un año, y en función de las lluvias, poder incrementar en un 20 % el agua proporcionada por las fuentes de Palma.