La directiva de Jubilats, en Can Alcover, con Josep Moncunill y Jaume Bonet en primer término. | Jaume Morey

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La junta directiva de Jubilats per Mallorca acordó este martes iniciar una jornada de 24 horas de ayuno en solidaridad con los presos catalanes y «en defensa de los Derechos Humanos» a las 19.30 horas del próximo día 19 en Can Alcover, sede de la OCB.

La directiva de los Jubilats hizo «un llamamiento» a las personas de «cualquier edad», «que quieran acompañarnos en el ayuno», afirmó Jaume Bonet, de 70 años, que ya desarrolló una huelga de hambre contra la política lingüística de Bauzá hace años y que estará presente en este ayuno. Las puertas de Can Alcover estarán abiertas a todos los que quieran sumarse a esta acción de «ayuno y reflexión de 24 horas».

Por su parte, la portavoz Sili Arguimbau, de 64 años, señaló que «si otras entidades o grupos quieren organizar ayunos en otros lugares, sea en Palma o en cualquier otro lugar de Mallorca, tendrán nuestra solidaridad. A su vez, Bonet indicó que «nosotros respetamos a todos. Si los políticos quieren hacer copas navideñas y servir comida festiva en las instituciones que dirigen, que lo hagan. Lo comprendemos».

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Durante la jornada de ayuno, la entidad está preparando diferentes actividades. «Pensamos invitar a algún jurista para que nos aleccione sobre la vigencia de los Derechos Humanos», afirma Jaume Bonet, explicando que «es evidente que los presos catalanes, tanto los cuatro que están en huelga de hambre como el resto, ven conculcados sus derechos».

Protestan porque «el Tribunal Constitucional no resuelve los recursos que han presentado los presos, con lo cual ejerce una postura de bloqueo que impide que el caso pueda llegar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que sólo puede actuar cuando ya se hayan agotado todos los recursos ante los jueces españoles».

Mientras hablaba Bonet, asentía Josep Moncunill, de 71 años, miembro de la directiva que también hará el ayuno. La más veterana que ha decidido pasarse un día sin comer es Laura Schembri, de 88 años. Afirmó: «No olvidemos al Tercer Mundo. También debemos ayunar por ellos, para que encuentren un equilibrio social que hasta el momento no han tenido, lo cual obliga a muchos a emigrar». Schembri también consideró que «la defensa de los Derechos Humanos bien vale este ayuno».

El resto de la directiva tiene entre 67 y 71 años. Consideran que «un día sin comer es perfectamente superable. El motivo por el que lo hacemos nos da fuerzas porque es justo».