Pere Garau es la barriada en las que más ha crecido la población. | Joan Torres

TW
33

El 93 por ciento de los nuevos habitantes que ha ganado Palma en 2017 son extranjeros. En concreto, se trata de 5.815 de otras nacionalidades frente a los 259 españoles. Desde el departamento de Població de Cort destacan que se trata de un incremento muy importante, que es el que ha permitido que la población de la capital balear crezca a ritmos previos a la crisis económica. La nacionalidad que ha contribuido más al incremento de la población palmesana es la italiana. No obstante, desde Població señalan que el 50 por ciento podría tratarse de argentinos con doble nacionalidad, más que de italianos propiamente dichos.

Otro dato relevante que se desprende de los datos del padrón municipal es que vuelve a incrementarse la inmigración procedente de los países sudamericanos. Tras los descenso que se habían producido en los ejercicios anteriores, en 2017 ha vuelto a producirse un aumento importante de la llegada de ciudadanos de estas nacionales. Colombia es el segundo país que ha aportado más residentes a Palma, un total de 719. Sin embargo, ahora viven 3.573 colombianos en la capital balear frente a los 6.120 que lo hacían en 2010.

Desde Població explican que en Palma hay dos tipos de inmigración: la que viene a trabajar o la que lo hace para disfrutar de la calidad de vida de la Isla. En este sentido, las personas que vienen por motivos laborales suelen residir en barrios humildes. Una prueba de ellos, es que en las barriadas que más ha crecido la población son Pere Garau, Foners, Camp Redó, Son Gotleu y Bons Aires. Desde Població precisan que la mayoría de los nuevos residentes vienen para trabajar, ya que «los movimientos migratorios se producen por la economía». Respecto a los ciudadanos que optan por vivir en Palma para disfrutar de su calidad de vida, destacan principalmente los alemanes, que «son fieles a la Isla». Las zonas que más eligen para vivir son las costeras como s?Arenal o Cala Major y el centro, los que tienen un poder adquisitivo más elevado.

Otro fenómeno que han observado desde el Consistorio palmesano es como los extranjeros con un poder adquisitivo elevado están expulsando a los palmesanos del casco antiguo, Santa Catalina y Son Espanyolet. En este sentido, recuerdan que hace 15 años residían en estas zonas personas con un poder adquisitivo bastante bajo, pero la conversión de viviendas antiguas en hoteles de lujo y el alquiler turístico los ha expulsado a otras zonas de la ciudad.