El estudio compara resultados de los tratamientos habituales con los obtenidos con una versión idéntica que incluye el entrenamiento en 'mindfulness'. | Redacción Cultura

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El mindfulness, también conocido como conciencia plena en prácticas que prodigan la meditación, es beneficioso para las personas que padecen trastornos mentales graves.

Así lo afirma un artículo en el que ha colaborado un grupo de investigadores de la Universitat de les Illes Balears (UIB), publicado recientemente por la revista científica 'Schizophrenia Research', que hace especial énfasis en las mejoras de la calidad de vida de los pacientes que conlleva dicha actividad.

El trastorno mental grave se caracteriza por la presencia de síntomas psicóticos persistentes, a pesar de la medicación, y por una baja calidad de vida de la persona afectada, por las graves dificultades sociales que implica la enfermedad.

Para hacerle frente, en los últimos años ha tomado fuerza la idea de que, además del tratamiento con fármacos, se necesita un enfoque más amplio que incluya la conciencia de la propia enfermedad, un punto para el cual la técnica de la conciencia plena es especialmente idóneo.

Según este trabajo, el mindfulness consiste en observar aquello que esté haciendo la propia mente a través de las emociones, sentimientos y pensamientos que en cada momento se producen en ella de forma aséptica, sin juzgar su contenido.

En el caso de los síntomas psicóticos, explican, el malestar no se debe tanto a síntomas como puedan ser oír una voz que te insulta, sino más bien la reacción que se tiene ante los mencionados síntomas y las consecuencias que de ello se derivan.

Las pruebas realizadas en el estudio entre grupos de pacientes entrenados y ajenos a esta disciplina muestran como en el caso del primer grupo su calidad de vida es mayor. Además, indican que hubo una ligera reducción en un tipo de síntomas que ningún otro tipo de intervención había conseguido disminuir hasta el momento.

El trabajo forma parte de la tesis doctoral de Emilio López Navarro y ha obtenido una de las becas predoctorales de la Conselleria de Innovació, Investigació i Turisme en el marco de la convocatoria de ayudas a la formación de personal investigador, que cuenta con la cofinanciación del Fondo Social Europeo.

En él intervino el equipo de investigadores del grupo de Trastornos Mentales de Alta prevalencia en Atención Primaria y del grupo de Evolución y Cognición Humana de la UIB, en colaboración con la Unidad Comunitaria de Rehabilitación Serralta del Servei de Salut de las Illes Balears y el Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencias del Kings College de Londres.