Son Espases. | Luis Forteza

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Son Espases es un portaaviones muy difícil de gobernar. Para el Govern, es la herencia más pesada del legado Matas. El nuevo equipo directivo de la consellera socialista Patricia Gómez ya tiene el primer caído en combate: el zamorano Alberto González García, ha sido fulminado tras un choque más que abrupto con una responsable de Pediatría. En el PP ya se afilan hachas de guerra para llevar el asunto al Parlament. Pronto les va a caer encima el primer marrón glacé a Patricia Gómez y su compañero el director general Juli Fuster, que como es sabido tampoco son santos de la devoción de Podemos.

González García tiene fama de cachondo sentimental con vena de poeta. En su linkelin se autodefine así: «En Zamora nací y crecí entre las piedras del románico, imágenes de Semana Santa. Todos llevamos una ciudad dentro, la ciudadad del alma y Zamora es mía». Se autodefine con una frase: «Siempre en contínuo movimiento». Nunca mejor dicho porque en Son Espases ya le han movido la silla.

Laredo

En el PP ya se frotan las manos con las chicas de Laredo. Hace unos meses sorprendió el nombramiento de las cántabras María Dolores Acón Royo como directora gerente del portaaviones Son Espases, y de Yolanda Montenegro Prieto como directora médica. Ambas provienen del hospital de Laredo (Cantabria), «que es más pequeño que el hospital de Inca. Es un pueblo de 12.000 habitantes», según fuentes populares, para quienes «el paso a Son Espases es demasiado grande. De Laredo a Palma parece un salto hacia la luna en patinete». Según se comenta , González García (que proviene de un hospital de León) no informó a sus jefas del follón que tenía en Pediatría donde llegó a cesar a alguien importante sacando de los nervios a los sindicatos. «Al ver la movida interna, las chicas de Laredo se lo han cargado a él».

En el PP aseguran que el fichaje de «las cántabras y el zamorano es decisión personal de Patricia Gómez y Juli Fuster, ya que las habrían conocido cuando estaban cursando un máster todos juntos en la Península. Que sean compañeros de máster no parece un motivo suficiente para que les den todo el poder en el macrohospital».

La problemática política que envuelve a Son Espases sigue siendo grande. No parece momento para movidas. El diputado de Podemos Carlos Saura se lo preguntó a la presidenta Armengol en el Parlament : «Los precios del aparcamiento son prohibitivos y es injusto que se cobre tanto dinero a un enfermo por ver la televisión». Un familiar que pase la noche para cuidar a un enfermo tiene que pagar un mínimo de 12 euros por el estacionamiento del coche y otros seis por ver la televisión. Ahora Saura quiere saber cuanto dinero paga la autonomía a la empresa de Florentino Pérez, gestora de Son Espases, en concepto de cánones por todos los servicios privados que presta, incluida la limpieza.

En este ambiente de «abuso tarifario en un servicio público», lo último deseable es que los follones lleguen al equipo directivo del portaaviones.