Imagen de archivo de las fiestas de Ciutadella del año pasado. | Carme Fontestad

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Las fiestas de Sant Joan de Ciutadella, un espectáculo de tradición, historia y protocolos que se funde con la belleza plástica y salvaje de 192 jinetes, quince más que el año pasado, estallan hoy con toda su intensidad, esplendor y pasión.

Más de 30.000 visitantes se desplazan esta semana a Menorca para presenciar un espectáculo lúdico en el que los principales protagonistas son los «caixers» y «cavallers» que participan este año con 259 caballos de raza menorquina en los actos ecuestres.

La Ciutadella de Menorca medieval, antigua Medina Menurka musulmana, hoy sede episcopal de la diócesis de Menorca, vive y revive el sentido de una fiesta de origen religioso que coincide con el solsticio de verano, y se basa en unos protocolos no escritos, transmitidos oralmente durante generaciones de padres a hijos.

Residentes y visitantes, una multitud que desde ayer noche -con las 25 hogueras encendidas gracias a una tradición recuperada-, invade las calles de la ciudad, se concentra frente a Cas Duc, la casa Martorell, residencia de Manuel Soto Martorell, marqués de Albranca, Caixer Senyor del bienio 2010-11.

A las 14.00 horas se estremece la ciudad al resonar del primer «toc de tambor i fabiol» que anuncia el inicio de una fiesta ancestral, con usos, costumbres y protocolos que se han ido adaptando a los cambios sociales, y que no concluirá hasta la madrugada del 25 de junio, Dia de Sant Joanet.

A primera hora de esta tarde, poco antes de las 14.00 horas el fabioler, Sebastián Salord, alguacil municipal, acude a Cas Duc para obtener el permiso a Manuel Soto Martorell, e iniciar el «replec» (recogida) de los jinetes que forman «sa qualcada» (comitiva) y participan en los actos de esta tarde.

Todos los jinetes -los seis caixers del bienio y los avallers- son payeses, «l'amos, fills de l'amos i missatges», o sea, aparceros, sus hijos y jornaleros, y trabajan en actividades agrícola-ganaderas.

Durante esta madrugada se han esparcido más de cien toneladas de arena en las calles y plazas del casco histórico de Ciutadella, donde discurre la comitiva equina, para evitar resbalones y caídas de los cuadrúpedos.

A las 18.00 horas empieza el «caragol des Born» en la Plaza del Borne tras la entrada a galope del Caixer Senyor, que en este bienio es el noveno marqués de Albranca, Manuel Soto Martorell, hijo de los duques de Almenara Alta, Juan Pedro Soto Domecq y Soledad Martorell Castillejo, que preside las fiestas del 2010 y 2011 en representación de la casa Martorell.

En este momento, la banda de música arranca la interpretación del «jaleo» (jota «El postillón de La Rioja") que se repite en la tercera vuelta a la plaza, porque la segunda es sin música,

Después, los jinetes salen de casco urbano y se dirigen a la ermita rural de Sant Joan de Missa, situada a ocho kilómetros de Ciutadella, donde se rezará una plegaria ante la imagen de San Bautista, patrón del gremio de los payeses.

Cuando los jinetes abandonan la ciudad, en las avenidas urbanas de Sa Contramurada se lanzan miles de avellanas vacías, que dejan las calles alfombradas con las cáscaras de este fruto seco.

Es una extraordinaria «batalla de avellanas» presidida por el jolgorio y el bullicio, que transcurre entre las 19.00 y 22.00 horas cuando los caballos regresan de la ermita y empiezan los actos nocturno, que consisten en los «caragols» de Ses Voltes -llas antiguas 'corregudes de Sa Placa"-, al discurrir entre la plaza Catedral y la Plaza Nueva, y de Santa Clara.

La gran fiesta de Ciutadella concluye esta noche, ya bien entrada la madrugada, con la protocloaria «beguda» (recepción) que ofrece el Caixer Senyor a los jinetes en su residencia situada en la calle Santísimo, entre Can Saura y el Seminario diocesano.

La fiesta de Sant Joan de Ciutadella prosigue mañana con las pruebas de los «jocs des Pla» durante la mañana, la Missa dels Caixers al mediodía en la Catedral; y por la tarde, con «sa convidada», acto en el que el Caixer Senyor invita a la corporación municipal.

Ese año responderá el nuevo alcalde, José María de Sintas Zaforteza, elegido el pasado 22 de mayo, que fue el Caixer Senyor del anterior bienio 2008-2009, que aceptará la invitación del marqués de Albranca para presenciar los «jocs i corregudes des Pla».

Consisten en «rompre ses carotes», «córrer abracats» -dos jinetes que corren abrazados al galope entre la multitud- y «correr s'ensortilla». En esta última suerte el jinete al galope debe acertar un aro que cuelga de una maroma en Es Pla.

Son los actos que entrañan un mayor riesgo para las miles de personas que se aglomeran en el reducido espacio de Es Pla de Sant Joan, situado al final del puerto.

En el dispositivo de seguridad montado por el Ayuntamiento de Ciutadella para garantizar el orden y la circulación rodada, así como el estacionamiento, participan más de 500 personas, entre agentes de la Policía Loca, Policía Nacional, Guardia Civil, Protección Civil, bomberos, y agentes procedentes de otros municipios.

Todas las calles del casco antiguo de Ciutadella, por las que discurre la comitiva de «caixers i cavallers», permanecen cerradas al tráfico rodado, desde esta pasada noche, cuando se encendieron los «festers» de Sant Joan (hogueras).