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Si hace una semana fueron los vinos de Binissalem-Mallorca los que protagonizaron una degustación científica en la Universitat balear, ayer fue el turno de otra denominación de origen importante de la Isla, la de los vinos Pla i Llevant-Mallorca.

También en esta ocasión cerca de 40 personas participaron en la cata guiada de vinos de esta Denominación de Origen a cargo, nuevamente, de José Escalona, investigador contratado y profesor de Viticultura i Enología de la Universitat de les Illes Balears.

Junto a él intervino el presidente del Consell Regulador de la Denominació d´Origen Pla i Llevant, Antoni Bennàssar, quien explicó a los presentes las características de esta DO creada en 1999, de sus vinos, de sus variedades y de la tierra.

Se degustaron cinco caldos distintos, los mismos que este año ganaron el concurso interno que cada temporada hacen las bodegas para elegir a los vinos que les representarán, explicó Bennàssar. En concreto fueron un vino blanco de añada, otro blanco de crianza, un rosado, un tinto de añada y un tinto de crianza.

18 municipios

Escalona enfatizó la calidad de muchos vinos blancos y rosados, como los catados, que se elaboran en la actualidad, en contra de la creencia más o menos generalizadas de que los vinos tintos son siempre mejores.

En el caso de la DO Pla i Llevant-Mallorca el 55 por ciento de la producción anual es de vino tinto, mientras que el blanco representa el 31 por ciento y el rosado, el 14 por ciento.

Esta Denominación de Origen implica a dieciocho municipios de Mallorca, que suman unas 340 hectáreas de terreno dedicadas a viñedo, informó Bennàssar.

Además, anotó el presidente del Consejo Regulador, «hay alrededor de 105 payeses comprometidos, que venden su producción a las bodegas de la DO, catorce en total.

Anualmente se producen casi dos millones de kilos de uva en estas tierras y se elaboran 1.400.000 litros de vino con este sello de calidad. Como también ocurre con el vino de Binissalem, la mayor parte del consumo es interno, en las Islas, y apenas una pequeña parte de exporta al extranjero, sobre todo a Alemania (un 7 u 8 por ciento) o Suiza, y, en menor medida aún, a la Península.

Un dato curioso aportado por Bennàssar fue que de todo el vino que se consume en la Isla, tan sólo un 10 por ciento son caldos elaborados en Mallorca, de ahí que concluyera que «el margen de crecimiento es importante».