TW
0

Muchas familias se ven obligadas cada verano a conciliar las vacaciones familiares con el estudio de los hijos e hijas que han suspendido una o varias asignaturas.

Los expertos no recomiendan que los niños de Primaria dediquen más de media hora o 45 minutos diarios a la lectura o actividades escolares, pero en el caso de los más mayores, los de ESO o Bachillerato, la exigencia es mayor.

«En efecto, a partir de los 12 ó 13 años si un alumno ha suspendido sí debe estudiar durante el verano», asegura la psicóloga Francisca Muñoz, experta en psicoterapia con adolescentes y en técnicas de estudio. «Es fundamental -asegura- llegar a un pacto con los adolescentes, que entiendan por qué han suspendido y que deben recuperar las materias y no obligarles a estudiar sin más».

Incluso, añade, «puede ser bueno permitir que ellos solos se den cuenta de que necesitan ayuda y, en según qué casos, dejarles que suspendan para que se den cuenta de que por ese camino no van bien».

Francisca Muñoz es experta en técnicas de estudio y tiene muy comprobado que «estudiar para aprobar alguna materia no supone tanto tiempo si se hace de forma diaria», con lo que el estudio no es incompatible con el descanso y las actividades lúdicas tan necesarias en verano para cualquier persona y más aún para los más jóvenes. «No se trata de que el chico o la chica se encierre en la habitación y estudie durante todo el día, sin hacer nada más».

En este sentido, la psicóloga no recomienda por principio apuntar al joven a un curso intensivo -por ejemplo de inglés-, en el que se dan 4 ó 5 horas de clases diarias y que luego requieren hacer deberes en casa. «Si no es una demanda de la persona, puede no ser muy recomendable», asevera.

Al igual que para los niños más pequeños, la lectura es fundamental para los adolescentes, a decir de los expertos. «La lectura comprensiva es la base del estudio. Lo primero es entender lo que se lee, de lo contrario no se puede avanzar», reconoce la psicóloga.

Pero leer no es sólo fundamental para quien tiene que estudiar. Leer algún que otro libro durante los casi tres meses de verano es también muy recomendable para los chicos que han acabado el curso con un resultado bueno o aceptable.