La sede judicial de sa Gerreria tramita los asuntos de separaciones y divorcios.

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El decanato de la sede judicial de sa Gerreria ha registrado hasta mayo 130 asuntos de separaciones y 201 de divorcios, en ambos casos, sin acuerdo entre los cónyuges, frente a los 99 y 160, respectivamente, en el mismo período del pasado año. El porcentaje de aumento de separaciones y divorcios sin acuerdo en las Islas es del 31,3 y 26,6%, respectivamente, lo que pone de manifiesto una tendencia al alza cada vez más acusada de las rupturas de los matrimonios.

Los expertos aseguran que también influye la edad de los cónyuges en el momento de contraer matrimonio. Cuando más jóvenes son, más opciones hay de que esa unión no dure muchos años, sobre todo, si hubo un embarazo prematrimonial. Asimismo, los problemas económicos, la inestabilidad laboral y los continuos roces en el hogar favorecen la ruptura matrimonial.

¿Por qué los matrimonios se rompen con bastante facilidad en Balears?

Según el magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) Antoni Monserrat, un experto en temas de familia (suele impartir conferencias en los principales foros mundiales), la explicación no es otra que la falta de compromiso de las parejas.

«El matrimonio se está tomando demasiado a la ligera, y ello asociado a la reducción de los obstáculos legales para divorciarse, explica lo que está ocurriendo», señaló.

La abogada Francisca Arco, que lleva muchos casos de separaciones en Palma, opina que el factor económico es el más difícil de conjugar cuando las parejas llegan a los tribunales.

«Son matrimonios jóvenes, con una casa comprada, con hipoteca de por medio son cuestiones que imposibilitan el acuerdo pacífico. Uno de los dos tiene que abandonar el hogar (generalmente el marido), y le es muy difícil cumplir con sus obligaciones. Pero también se discute, y mucho, por la custodia de los niños», señaló. Otros letrados también recordaron que una de las mayores incidencias de rupturas matrimoniales se da entre cónyuges hijos de divorciados, porque han sufrido en carne propia esa experiencia y son más proclives al dar el paso definitivo.