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«La principal virtud de la Ley Orgánica de la Educación (LOE) es que paraliza la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza (LOCE) y es un paso adelante, y su defecto más importante es que resulta un refundido entre la LOGSE y la LOCE. También creemos que recoge en esencia el concepto educativo de la LOGSE, que era bueno, pero le falta una ley de financiación, pues la memoria económica presentada no es suficiente. Otra pega es que resta al consejo escolar una participación que la LOGSE le concedía». Así de tajante se expresó ayer Catalina Esteva, la presidenta de la Confederación de Asociaciones de padres de alumnos de Balears (Coapa-Balears), quien participó en una mesa redonda sobre el Anteproyecto de la LOE: «Puntos fuertes y puntos débiles de la propuesta de la ley de educación», organizada por la Agrupación Socialista de Palma-Llevant.

No muy lejos de estas tesis se mostraron otros de los ponentes, como Andreu Ferrer, secretario general de FETE-UGT, para quien «globalmente supone un avance importante con respecto a leyes anteriores, sobre todo a la Ley de Calidad», aunque «resulta insuficiente en cuanto a la dotación prevista, y es que deberíamos acercarnos a la media europea, que sitúa en el 6% del PIB el gasto en educación y aquí estamos aún en el 4%». En su opinión «tampoco contempla un modelo claro de carrera docente, ni concreta la participación de los padres y alumnos.

No obstante, Ferrer resaltó como aspectos positivos de la nueva ley la eliminación de la reválida, la consideración de la etapa 0-6 años como única y con carácter educativo, la atención a la diversidad que prevé para Primaria o el retraso de la diversificación a los alumnos de 4º de ESO. Por su parte, el presidente de la Unión de Cooperativas Educativas de Balears, Enric Pozo, criticó «la poca participación que la ley concede a las familias, que habla poco de cómo combatir la violencia y agresiones en los centros o que no concreta cómo se van a dedicar los recursos destinados a atender a la diversidad». Al igual que los anteriores, afirmó que «supone un paso adelante, pero que «su financiación está muy en el aire». Por último, la representante del partido que ha elaborado el anteproyecto de ley, Antònia Riera, secretaria de Educación de la Federación Socialista de Mallorca, consideró que el «punto fuerte por excelencia de la ley es la idea de educación que representa: una educación para todos y de calidad». «También son puntos fuertes -prosiguió- que defiende la educación como un esfuerzo compartido, una tarea de todos; que es una ley preventiva, que recoge medidas para ayudar a los alumnos que tengan problemas desde las primeras etapas; y que quiere consolidar la cultura de la evaluación, entendida como diagnosis, no como discriminación».