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Exclamaciones de asombro y maravillados durante todo el tiempo que duraron los fuegos artificiales de Aiguafoc, los ciudadanos disfrutaron de coloridos, estruendos y formas en el cielo...y en el mar. Tras veinticinco minutos hicieron un rápido balance. El resultado; están bien, es un buen espectáculo, pero comienza a ser monotono entre los que cada año acuden a contemplar el Aiguafoc. La gente cambia de ubicación y quienes estan en primera fila de la bahía de Palma, confiesan que los fuegos de agua son los mejores del espectáculo. En definitiva, bien pero quieren más variedad y estruendo.

Julián Aguirre