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El Govern balear ha destinado este año 15.000 euros a la ayuda a Burundi, el Fons Mallorquí de Solidaritat i Cooperació ha aportado otros 10.100 y el Ajuntament de Palma 10.000 más, lo que suma 35.000 euros que han sido enviados al país africano a través de la ONG Veïns Sense Fronteres. La directora general de Cooperació del Govern, Magdalena Contestí y el presidente de Veïns Sense Fronteres, Jaume Obrador, informaron ayer de esta ayuda durante la presentación del diputado para la sociedad civil de Burundi Laurent Gahungu, de la etnia tutsi, que entró en la Asamblea Nacional gracias a su labor de pacificación entre hutus y tutsis y que ayer pronunció una conferencia en Palma sobre la situación actual de su país.

Gahungu reconoció que esta ayuda, que fue reclamada tras los conflictos étnicos vividos el pasado año, «ha beneficiado directamente a cerca de 2.000 personas». Concretamente, explicó el diputado burundés, «el 30% de este dinero se repartió entre viudas y niños afectados por la guerra, a los que se les entregó ropa y material escolar, y a presos».

Además, buena parte del dinero, casi un 40 por ciento, se destinó a la población pigmea del país, que representa tan sólo el 1% de la población, una etnia excluida que no cuenta con apenas derechos ni reconocimientos en el país. «Fue a partir de este gesto de solidaridad cuando los miembros de este grupo étnico empezaron a sentirse personas, algo nuevo para ellos, pues se encuentran muy oprimidos en la zona», dijo Obrador.