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Fue, sin duda, uno de los días más bellos de la Fira del Ram, y no sólo porque, de forma oficial, se inaugurara, sino porque, sobre todo por la mañana, el recinto se llenó de niños, más de dos mil, la mayoría discapacitados, a los que los feriantes, con su presidente al frente, invitaron a montar en cuanta atracción se les antojó, y también a golosinas y a refrescos. Fue, ya decimos, una hermosa mañana, a pesar del que el cielo estaba encapotado y hacía más bien fresquillo, aunque soportable.

odo comenzó a las once en punto, que fue cuando llegó la alcaldesa, Catalina Cirer, acompañada de los concejales Toni Nadal, Rogelio Araujo y Margalida Ferrando. Media hora antes, casi todos los chavales de los numerosos centros de educación especial y de acogida de Palma, invitados al acto, estaban ya en el recinto, expectantes y deseosos de que se diera esus. Unos habían llegado en los coches de sus padres, otros en autocares, acompañados por cuidadores, profesores o personal cualificado, con lo cual, su seguridad estaba más que garantizada. omo decimos, a las 11 en punto, llegaron la batlessa y los tres concejales anteriormente citados. En lo que éstos permanecían en lugar discreto, Catalina Cirer saludó a casi todos los chavales, y eso que eran más de dos mil.

La batlessa, en un aparte que hizo con el presidente de los feriantes, le sugirió que en el próximo Ram invitaran también a niños que asisten a centros educativos no específicos, y así, unos y otros, además de divertirse juntos, convivirían durante dos o tres horas. Y... bueno, pues había que ver las caritas de felicidad inmensa que se les quedaban a algunos chavales al subir a las atracciones, ya fueran cochecitos de choque, toboganes, la noria o el látigo. ¡Bendita la hora a quien se le ocurrió invitarlos! Ignoramos cuánto habrán gastado los feriantes entre luz, golosinas y refrescos, pero no hay duda de que es la mejor inversión que han podido hacer, porque, ¿qué vale la sonrisa de uno de estos críos?

Pedro Prieto