Acebes saludó a la tripulación de las patrulleras de la Guardia Civil que ayer mismo partieron hacia el estrecho y la zona de Cerdeña.

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En colaboración con Francia, Reino Unido, Italia y Portugal, arrancó ayer en Palma la «Operación Ulises», un nuevo instrumento para luchar contra la inmigración ilegal y combatir la proliferación de mafias que trafican con seres humanos. En palabras del titular de Interior «la protección y control de las fronteras comunes de Europa no puede seguir siendo una responsabilidad exclusiva de los estados que geográficamente tienen la responsabilidad más inmediata, sino que debe ser una obligación compartida y esto es lo que desde ahora vamos a ensayar».

El proyecto arranca en Mallorca por su situación geográfica y Acebes confió en que funcione porque «nos jugamos muchísimo», aseveró. Afirmó que se trata de un «nuevo instrumento para la libertad, la seguridad y la justicia en Europa», un espacio que, añadió, «debe ser tierra de acogida generosa para la inmigración legal, pero también muy firme con la ilegal».

El centro de operaciones del proyecto se ha establecido en Algeciras y las acciones se desarrollarán en dos fases, la primera durará hasta el 8 de febrero y abarcará todo el arco mediterráneo, y la segunda se desplegará en Canarias, a lo largo del Atlántico sahariano. Al final, se presentará un informe al Consejo de Ministros de Justicia e Interior de la UE para que se adopten decisiones dirigidas a la protección de las fronteras comunes, explicó.

En esta operación también participan como observadores representantes de Grecia, Noruega, Holanda, Alemania, Polonia y Austria. España participa con las patrulleras del Servicio Marítimo de la Guardia Civil «Río Guadiaro» y «Río Pisuerga». El Reino Unido aporta la patrullera del Servicio de Aduanas «Seeke»; Italia, una corbeta de la Armada; Francia, la patrullera «Grébe»; y Portugal, la corbeta «João Coutinho», y todas estas embarcaciones desplegarán embarcaciones auxiliares.

El presupuesto destinado a la primera fase es de un millón de euros e implica a 161 efectivos. Las embarcaciones establecerán un «rectángulo filtro» de seis millas de ancho y de tanta longitud como permita el diámetro efectivo de sus radares. Todas las embarcaciones que sean detectadas serán identificadas e inspeccionadas de acuerdo con la normativa internacional y, si es pertinente, se tomarán las medidas para escoltarlos hasta el mar territorial más cercano de cualquiera de los países miembros participantes, donde se determinará lo que proceda respecto a la embarcación infractora, su tripulación y los pasajeros.