Estanislao Rodríguez-Ponga.

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Una polémica propuesta del Gobierno para establecer incentivos fiscales para aquellas personas que se trasladen a vivir a los archipiélagos por motivos de trabajo, desmentida horas después por el propio Ministerio de Hacienda, provocó ayer un enorme revuelo político y generó una seria advertencia de UM: «Eso es la guerra con el PP», dijo textualmente la presidenta de UM, Maria Antònia Munar.

La propuesta había sido formulada un día antes en Canarias por el secretario de Estado de Haciendo, Estanislao Rodríguez-Ponga, durante una comida celebrada con empresarios canarios. El propio Rodríguez-Ponga explicó a Ultima Hora que todo había sido un malentendido cuyo origen era una enmienda de CC que reclamaba descuentos en el IRPF para los residentes que se desplacen entre islas por motivos de trabajo.

Añadió que, en la comida, había explicado que esta iniciativa no puede hacerse tal y como está planteada, ya que obligaría a extender este tipo de exenciones a Balears y también a los desplazamientos entre la península y las Islas. No obstante, dejó claro que se trataba de un simple estudio que, como es obvio, ya no saldrá adelante, ni siquiera la propuesta inicial de los canarios. En términos fiscales, explicó además que estas exenciones en el IRPF exclusivas a los desplazamientos por trabajo entre islas deberían fijarse con cargo al tramo autonómico del IRPF y nunca al tramo estatal, que debería incluir todos los demás descuentos. Sin embargo, a pesar de esta precisión, la propuesta quedó formalmente recogida en un comunicado oficial del Ministerio.

En cualquier caso, Munar advirtió que, de ponerse en marcha esta propuesta, se rompería «cualquier posibilidad de acuerdo» con el PP tras las elecciones del año que viene. «Sería el remate final de nuestras islas, que no pueden llenarse de gente», afirmó, quien además recordó que los partidos del Pacte siempre han defendido la necesidad de fijar un techo poblacional. En la misma línea se pronunció el portavoz de CC, quien calificó la propuesta de auténtico disparate. Consideró que no se trata de un planteamiento xenófobo, sino de tener en cuenta que un proceso inmigratorio descontrolado «produce una perturbación con efectos sociales, culturales, económicos y de identidad».