No faltaron los llantos de los más pequeños en su primer día de clase. Foto: JULIÁN AGUIRRE

TW
0

El curso escolar 2002-03 comenzó ayer para los 83.192 alumnos de los más de 130 centros de educación Infantil, Primaria y Especial de Balears excepto para los de dos de ellos: el colegio público de La Soledat, en Palma, y el colegio es Fossaret, de Sóller. Estos centros no pudieron recibir a los alumnos por culpa de obras inacabadas, en el primer caso el colegio abrirá el lunes próximo, una vez finalizados los trabajos de instalación de calefacción y electricidad, y en el segundo, los niños van a ser recolocados en salas habilitadas de la parroquia durante algunos meses, el tiempo que se tardará en resolver los problemas de infraestructura del edificio, agravados por la última tromba de agua, que se traducen en riesgo de caída del techo.

Otros centros, como el C.P. Joan Capó o el C.P. Blanquerna, ambos de Palma, han iniciado las clases en medio de obras inacabadas, lo que ha afectado a parte del alumnado. Junto a estos problemas, el curso viene marcado por un progresivo aumento de alumnos y con una veintena de plazas de maestros por cubrir, que, no obstante, serán ocupadas antes del lunes, declaró ayer el director general de Planificació i Centres, Jaume Gual. Por lo demás, tanto Conselleria, como sindicatos, patronales y FAPA coincidieron en resaltar la normalidad del inicio del curso.

No obstante, el STEI denunció la masificación de algunos centros, como el C.P. de Valldemossa, o los de las zonas costeras, donde se sobrepasa la ratio de 25 alumnos. Junto a ello, la secretaria general del sindicato, Neus Santaner, criticó que «este año no se van a cubrir las sustituciones cortas de docentes, lo que puede afectar a un 10% de la plantilla a lo largo del curso». En su opinión, este hecho y las vacantes no cubiertas pueden dificultar la atención a los alumnos inmigrantes.

El presidente de la FAPA, Fernando Martín, lamentó los años que Conselleria y Ajuntament han desaprovechado para la construcción de nuevos centros en Palma, donde «al actual momento de gran crecimiento de la matrícula escolar se suma una falta de infraestructuras importante». «Ha faltado previsión y las respuestas que se están dando son insuficientes y el resultado en que no todas las familias pueden escoger el centro que desean», añadió. Desde Educació i Gestió se criticó que «la Conselleria comunicase ayer el traslado de un menor con una necesidad educativa especial de un centro público con plazas de sobra a otro concertado sin plazas libres».