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El alcalde de Palma, Joan Fageda, hizo ayer balance de sus diez años al mando de la ciudad, «una ocasión que, ante todo, invita a la reflexión», dijo. Fageda aseguró que el modelo de ciudad que comenzó a aplicar en el año 1991 «continúa vigente» y, aunque reconoció sentirse orgulloso del resultado, se mostró consciente de que «queda mucho por hacer».

Así, recordó que en los años que restan de legislatura hay pendientes proyectos capitales, como la inminente remodelación de ses Estacions, el desarrollo de la cuña verde o la puesta en marcha del Plan de Equipamientos Urbanos.

También resaltó la importancia para la ciudad del futuro Museo d'Art Contemporani, «que será un gran museo para toda la ciudad porque, de lo contrario, las instituciones no habrían aportado dinero»; del Plan de Excelencia de la Platja de Palma, la mejora de la red de transportes, «tranvía incluido»; la promoción de nuevas viviendas en colaboración con el Ibavi o la construcción de más aparcamientos. Mención especial mereció la Carta Municipal, «que de no llegarse a un consenso se condenará a los ayuntamientos al colapso económico», advirtió.

También confesó que «siempre hay problemas que se resisten en una ciudad, como pueden ser el tráfico o la lentitud de la administración en el caso de Palma».