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Cerca de 500 personas se manifestaron ayer por la tarde en Son Rapinya en contra del proyecto de urbanización y de construcción de un campo de golf en el espacio natural de Son Quint y Son Muntaner. La protesta, convocada por la Plataforma en Defensa de Son Quint, partió de la iglesia de Son Rapinya y avanzó a ritmo de xeremiers y pitadas hasta la rotonda de la Vía de Cintura, tramo que estuvo cortado al tráfico por la policía casi hora y media.

Los organizadores criticaron el hecho de que desde el Ajuntament de Palma se previniera a los colegios de la zona, instándoles a adelantar el horario de salida de los alumnos para evitar el colapso. Así fue, y los escolares de Madre Alberta, CIDE y La Salle salieron ayer, de forma escalonada, entre las 16.00 y las 16.30 horas.

En opinión de los organizadores este hecho supuso restar buena parte del impacto que esperaban lograr con la protesta, con lo que en un primer momento se planteó prolongar la marcha más allá de la rotonda. Los agentes nacionales les previnieron de las posibles sanciones y, al final, se cumplió con lo anunciado.

Al llegar a la Vía de Cintura, los manifestantes deplegaron una gran pancarta en el puente, para que pudiera ser vista por los vehículos que circulaban por debajo, muchos de los cuales hicieron sonar sus bocinas en señal de apoyo y solidaridad. Una vez de vuelta al punto de origen, la presidenta de la FAAVV de Palma, Rosa Bueno, leyó un manifiesto reivindicativo, volviendo a reclamar a Cort que reclasifique estos terrenos, al CIM que no declare el interés general del proyecto, al Parlament que incluya Son Quint-Son Muntaner y Son Puigdorfila en la LEN y al Govern que enmarque esta zona en el parque natural de la Serra.