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Los usuarios de la nueva estación de autobuses de la calle Eusebio Estada, al lado del puente del tren, han tardado muy poco en dejar al descubierto los «puntos negros» de la terminal. Denuncian la suciedad de las instalaciones, la inseguridad y la falta de información, a pesar de que desde ayer y durante quince días más, dos azafatas contratadas por la Conselleria d'Obres Públiques intentan despejar las dudas de los pasajeros. «Nos preguntan, sobre todo, por el lugar donde tienen que abonar el importe de los billetes y también hay mucho despiste con las frecuencias de los autobuses», explicó a este diario la azafata Sandra Nieto, que cumplió el turno de la tarde (entre las 14.00 y 20.00 horas). Por la mañana, esas funciones las realizó una compañera que permaneció en la terminal desde las 8 de la mañana hasta las 2 de la tarde.

Los conductores de los autobuses, con una visión más amplia y muy críticos, también exteriorizaron su malestar. «Los atascos son graves en la hora punta, entre la una y una y media del mediodía. Se concentran muchos vehículos y cuesta realizar las maniobras de entrada y salida», dijo Agustín, de Autocares Mallorca. En las instalaciones caben una treintena de buses y pese al intenso movimiento de usuarios no existe un número suficiente de papeleras, ni tampoco están «bien informados», según Agustín. Los conductores de autobuses destacan la presencia de «carteristas» en la zona y exigen más presencia policial.

Un usuario del trayecto a Cala Rajada, Renato, calificó de «deplorables» las instalaciones y dijo que la imagen que se estaba dando al turista es «lamentable».