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La política de «mano dura» impuesta por el Govern en materia de prevención de accidentes en el trabajo ha tenido sus primeros frutos, según el conseller de Treball, Eberhard Grosske, con el descenso, por primera vez desde 1997, del índice de siniestralidad laboral registrado en el primer trimestre del año en Balears. La tasa se situó en 23'31 accidentes por mil trabajadores. En cambio, el número absoluto de siniestros ha aumentado un 5% con respecto al mismo periodo de 2000.

Grosske, acompañado por el director general de Treball y Salud Laboral, Fernando Galán, ofreció ayer una rueda de prensa para expresar su satisfacción, «pero acompañada de una lógica cautela», matizó, de los datos del primer trimestre y del pasado de marzo. En total, entre los pasados meses de enero y marzo se produjeron en las islas 6.117 accidentes relacionados con el puesto de trabajo, un 5% más que en el mismo intervalo del año anterior, de los cuales ocho resultaron mortales, 82 fueron graves y 6.027, de carácter leve.

La tasa de incidencia, de 23'31 por cada mil trabajadores en los primeros tres meses de 2001, bajó casi medio punto con respecto al mismo periodo del año anterior, situado en un 23'76, lo que supone la primera disminución desde 1997, fecha en que se registró un índice de 19 accidentes por mil trabajadores y que, hasta este año, no ha cesado de incrementarse en el intervalo estudiado.

Los buenos resultados responden, en gran parte, a la tendencia positiva que ha experimentado el mes de marzo, en el que el número de sucesos decreció un 7% con respecto al mismo mes de 2000 y que dio lugar a una tasa de incidencia de 7'99 por mil trabajadores, frente al de 9'23 de marzo de 2000. En este contexto, en el citado mes no se produjo ningún accidente mortal por causas de trabajo (los ocho registrados corresponden a enero y febrero), se comunicaron 2.171 fueron leves y otros 35 de carácter grave. El índice de incidencia por islas fue del 20'03 en Mallorca; el 1'37 en Menorca; el 1'86 en Eivissa y el 0'05 en Formentera, todos ellos menores que en el mismo periodo del año anterior.

Grosske dijo que «habrá que esperar a ver si se confirma la tendencia positiva a lo largo de todo el año», y alabó la actuación de la fiscalía por perseguir a las empresas que no cumplen con la ley de prevención de riesgos laborales de 1995. Puso como ejemplo de «que ya no hay impunidad en esta materia» el caso del derrumbamiento del hotel Tívoli, cuyos propietarios están siendo juzgados, y anunció su intención de seguir «apretando las tuercas» a los empresarios que no cumplen la ley.