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El alcalde de Palma instó ayer a los empresarios de la Platja de Palma afectados por el cierre de cuatro terrazas a «acudir al juzgado de guardia, que es el lugar al que acuden las personas civilizadas para denunciar las cosas que están mal».

Con estas palabras Joan Fageda dejó claro que no tiene la más mínima intención de dar marcha atrás a la medida aplicada contra los locales de la «calle del jamón». Más aún, aseveró que «no sólo nos vamos a mantener en nuestra decisión sino que estamos pensando en presentar denuncias por injurias», en relación a las frases soeces y los insultos vertidos contra su persona y la de la regidora de Sanitat durante los actos de protesta.

En referencia tanto a la problemática de la Platja de Palma como de sa Llonja apuntó que «hemos avanzado mucho, pero para llegar a este punto era preciso contar con el respaldo de una verdadera respuesta judicial y ahora ya estamos en el camino de intentar poner un poco de orden». El alcalde acusó a los empresarios de la mala imagen que se está dando, «que se volverá contra ellos», auguró. Por último, censuró que «estén utilizando a sus empleados para las protestas, que no tienen la culpa del papel que les están obligando a hacer».

Cerca de 150 empresarios y trabajadores de la «calle del jamón» se volvieron a manifestar ayer en la plaza de Cort para exigir ser recibido por el alcalde, el cual se encontraba reunido con su equipo de Gobierno en la sede de EMAYA. Durante más de dos horas reivindicaron su derecho al trabajo, profirieron algunos insultos, soltaron petardos e, incluso, lanzaron huevos y cerveza contra la fachada de Cort.

A las dos de la tarde estaba prevista una recepción con el alcalde de la ciudad siria de Tartus allí mismo, pero Fageda decidió celebrarla, según dijo por razones ajenas a la protesta, en el Edifici Municipal de les Avingudes, hacia donde se trasladaron los manifestantes en cuanto se enteraron. Una vez allí, vigilados por policías locales y nacionales, volvieron a esperar un gesto, que nunca llegó, del alcalde. Al filo de las cuatro de la tarde decidieron dispersarse muy indignados, para volver a la carga por la noche.