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El servicio de Infracciones Urbanísticas del Ajuntament de Palma tramitó el año pasado un total de 7.525 expedientes por infracciones, 528 más que en el año 1998, que suman multas por valor de 47.419.025 pesetas. Del total de expedientes tramitados, sólo 639 fueron incoados o iniciados a lo largo de ese año, pues el resto se arrastran de ejercicios anteriores.

En estos momentos tan sólo se han cobrado 59 de esos expedientes, que en su caso alcanzan un valor de 3.490.000 pesetas. De ellos, 24 se cobraron en plazo de pago voluntario de la multa, lo que representó un ingreso de 1.998.182 pesetas, y otros 35 pagaron en tiempo de recaudación ejecutiva, representando el cobro de 1.491.837 pesetas. El resto de expedientes abiertos se encuentran en tramitación.

El incremento del número de expedientes incoados hay que interpretarlo de forma relativa: no debe entenderse que los ciudadanos de Palma cometen más infracciones en materia de urbanismo. La razón última por la que se han detectado más casos de indisciplina urbanística es que los servicios de urbanismo del Consistorio palmesano han puesto más medios para tratar de combatir el urbanismo ilegal, es decir, que hay más vigilancia, según reconoció el concejal de Urbanismo, Rafel Vidal. Las inspecciones se acometen tanto por iniciativa del propio Gobierno municipal, como inducidas por las denuncias o reclamaciones de los propios vecinos, que avisan de que se están realizando obras y reclaman la presencia de un inspector o celador ante la posibilidad de que los trabajos sean ilegales.

No obstante, una inspección sobre el terreno no tiene por qué implicar la apertura de un expediente sancionador y mucho menos la imposición de una multa.

En el año de referencia aumentaron los expedientes urbanísticos en un 7'5 por ciento y, contrariamente a épocas pasadas, también se incrementó, y mucho, el volumen económico de las sanciones impuestas por el Ajuntament, pues, como ejemplo, en el año 1998 se incoaron 598 expedientes y se tramitaron 6.997, pero estos tan sólo sumaban 5'2 millones de sanción.

Analizando los diferentes expedientes abiertos por indisciplina urbanística se constata que en 1999 se impusieron 216 decretos de suspensión de obras, 111 expedientes fueron archivados, se estimaron 38 recursos y, por contra, se desestimaron 107. Se firmaron siete órdenes de demolición de obras y otras siete segundas órdenes de derribo. Se desestimaron diez alegaciones contra órdenes de derribo y se acordó el inicio de 80 expedientes de sanción, todos ellos por sanción grave.