Vladímir Putin, en una visita de trabajo a la región de Jabárovsk. | Reuters - GAVRIIL GRIGOROV

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El Kremlin ha condenado este viernes los ataques aéreos estadounidense y británicos a Yemen y denunció que esas acciones no están amparadas por ninguna resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. «Los condenamos (los ataques)», dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria y añadió que «desde el punto de vista del derecho internacional son ilegítimos».

Recordó que el Consejo de Seguridad aprobó un proyecto de resolución presentado por EE.UU. que condenó los ataques de los rebeldes yemeníes, en cuya votación Rusia y otro tres países se abstuvieron. «Nos abstuvimos. Los países que atacaron intentaron darle una base jurídica a sus acciones. Ese intento fracasó, ya que la resolución adoptada no daba derecho a lanzar ataques», subrayó el portavoz. Sobre los ataques de los hutíes a los barcos mercantes, Peskov señaló que Rusia ha realizado reiterados llamamientos a los rebeldes yemeníes a «renunciar a esa práctica», que Rusia considera «extremadamente equivocada».

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Con anterioridad, la portavoz la diplomacia rusa, María Zajárova, calificó los bombardeos contra el territorio de Yemen como una muestra más del «total desprecio al derecho internacional». «Los ataques aéreos estadounidenses contra Yemen son otro ejemplo de la tergiversación por parte de los anglosajones de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y del total desprecio al derecho internacional en nombre de la escalada de la situación en la región para sus propios fines destructivos», escribió Zajárova en Telegram.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confirmó el jueves por la noche que fuerzas militares estadounidenses, junto con el Reino Unido y el apoyo de otros ocho países, llevaron a cabo con éxito ataques contra varios objetivos en Yemen.

El mandatario explicó que esa acción fue en respuesta a los ataques de los rebeldes hutíes, respaldados por Irán, que este jueves lanzaron un misil balístico con el objetivo de golpear las rutas de navegación del Golfo de Adén, una vía estratégica para el transporte del petróleo proveniente del golfo Pérsico. Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Baréin, Canadá, Países Bajos, Dinamarca, Alemania, Nueva Zelanda y Corea del Sur emitieron un comunicado conjunto en el que subrayaron que la acción se produjo en defensa del comercio internacional y de quienes transitan por el mar Rojo, por donde circula casi el 15 % del comercio marítimo global.