Una vista de las estructuras dañadas después de que el ejército israelí destruyera una casa tras una redada en el campo de refugiados.

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El Gobierno de Líbano ha presentado una demanda formal ante Naciones Unidas por el ataque perpetrado el martes contra la capital del país, Beirut, en el que murieron el 'número dos' del brazo político del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), Salé al Aruri, y otros seis miembros del grupo islamista palestino, incluidos dos altos cargos de su rama armada, las Brigadas Ezzeldín al Qassam.

El ministro de Exteriores libanés en funciones, Abdalá Bu Habib, ha dado orden a la legación ante Naciones Unidas para que presente esta queja ante el Consejo de Seguridad de la ONU tras el ataque, que describe como «la escalada más peligrosa desde 2006», en referencia a la guerra que estalló ese año entre Israel y el partido-milicia chií libanés Hezbolá.

Así, las autoridades libanesas han reclamado al organismo internacional que condene el ataque, presione a Israel para que ponga fin a este tipo de acciones y adopte «acciones decisivas» para impedir «nuevas agresiones» contra Líbano, según ha recogido la agencia estatal libanesa de noticias, NNA.

Al Aruri residía en Líbano desde 2018 y en 2010 fue liberado tras pasar doce años en cárceles israelíes. A Al Aruri se le atribuye la responsabilidad de varios ataques contra Israel desde suelo libanés y se le señala como uno de los principales intermediarios en la liberación de rehenes tomados por Hamás durante los ataques ejecutados el 7 de octubre contra Israel.

La noticia recibió rápidamente la respuesta de las autoridades de Líbano, Irán y Hamás, que acusan a Israel del ataque. Sin embargo, las autoridades israelíes no se han pronunciado y la prensa local apunta a que el gabinete de Benjamin Netanyahu ha ordenado a sus ministros no manifestarse al respecto, tras prometer que acabaría con todos los líderes de Hamás, allá donde estén, en respuesta a los ataques del 7 de octubre.