AstraZeneca tenía que entregar 300 millones de dosis de su vacuna para finales de junio y sólo llegará a 100 millones de dosis. | LIM HUEY TENG

TW
0

La Unión Europea (UE) amenazó este miércoles a AstraZeneca con reclamar judicialmente una penalización de 10 euros por día de retraso en cada dosis de su vacuna contra la Covid-19 no entregada a partir del 1 de julio, un monto que podría superar los 200 millones diarios.

A esa cantidad se sumarían al menos otros 10 millones de multa, según el cálculo que el abogado que representa a la Comisión y a los Estados miembros de la UE, Rafaël Jafferali, trasladó al tribunal de primera instancia de Bruselas, que dirime el caso con carácter de urgencia y emitirá su veredicto antes de julio.

AstraZeneca tenía que entregar 300 millones de dosis de su vacuna contra la Covid-19 para finales de junio (150 millones de vacunas completas) y sólo llegará a 100 millones de dosis. Y la UE le reclama al menos 120 millones.

No obstante, la solicitud de esa penalización económica deberá efectuarse en un proceso judicial paralelo con carácter ordinario, que tiene programado una primera vista el 24 de septiembre y cuyo veredicto no se conocerá al menos hasta 2022.

En el juicio rápido la UE sólo espera que el tribunal obligue a AstraZeneca a entregar las vacunas como medida cautelar, debido al impacto de la vacunación en la salud y en la economía.

Según han asegurado a propósito del litigio los portavoces de la Comisión, la UE no persigue una indemnización económica en sí misma, sino utilizar esa amenaza como palanca para que la farmacéutica entregue las dosis que faltan.

Las dosis

De los 300 millones que AstraZeneca tenía que haber entregado en el primer semestre (120 millones entre enero y marzo y otros 180 millones entre abril y junio), por ahora sólo han llegado a la UE 55 millones, indicó el letrado en el tribunal.

La farmacéutica no prevé entregar más de 100 millones a la UE al cierre de junio próximo y sólo cumpliría con el total de las entregas al cierre de 2021.

Astrazeneca ha puesto en riesgo «la salud de millones de ciudadanos europeos», generando un «riesgo de penuria de vacunas», dijo el letrado.

Argumentó que, de no ser porque los aumentos de producción de otras farmacéuticas como Pfizer-BioNTech, sólo «dos países» de los veintisiete Estados miembros de la UE alcanzarían el objetivo de vacunar al 70 % de los adultos para este verano.

«AstraZeneca ha vendido varias veces la misma vacuna a distintos clientes», afirmó el letrado de la UE, que acusó a la farmacéutica de desviar a otros países las vacunas compradas por la Comisión.

Pfizer-BionTech, Moderna y Janssen también han sufrido retrasos puntuales en las entregas de sus vacunas y la Comisión se ha dado por satisfecha con sus explicaciones. Pero no ha ocurrido así con AstraZeneca, donde detectan mala fe.
Bruselas sospecha, además, que esa farmacéutica destinó parte de los fármacos que le faltan a Japón o al Reino Unido, siendo este último destino aun más hiriente por la tensa relación entre Londres y Bruselas a propósito del Brexit.

«AstraZeneca no tiene ningún interés en favorecer a un país sobre otro», dijo el abogado de la farmacéutica, Hakim Boularbah, en una imponente sala con paredes de mármol y retablos dorados en la que rechazó que el laboratorio haya incurrido en la «violación flagrante» del contrato que denuncia la Comisión.

La farmacéutica anglo-sueca alega que no logró cumplir ese calendario «indicativo» por la complejidad de producir una vacuna y pese a haber hecho «sus mejores esfuerzos razonables», una frase que aparece reflejada en el contrato en inglés ("best reasonable efforts") y que es la clave del proceso.

La relación entre AstraZeneca, que produce y distribuye la vacuna basada en el adenovirus y desarrollada por la Universidad de Oxford, comenzó a torcerse a inicios de 2020 por las demoras.

El presidente de AstraZeneca, el veterinario francés Pascal Soriot, aseguró en una comparecencia en el Parlamento Europeo el pasado 25 de febrero que confiaba en ponerse «al día con lo proyectado originalmente para el segundo trimestre».

Dos semanas después, y de forma unilateral, la compañía anunció un nuevo calendario de entregas con el que sólo llegaría a entregar 100 millones de dosis para junio.

Fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de Bruselas, que hasta entonces había mantenido un enfrentamiento público con la compañía pero sin denunciar, y que en ese momento activó la maquinaria para resolver la disputa en un juzgado.