Servicios de emergencia en Israel junto al vehículo del hombre que ha perdido la vida. | Reuters

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Las milicias palestinas lanzaron este sábado una ráfaga de cohetes hacia Tel Aviv que causaron la muerte a al menos una persona en Ramat Gan, cercana a la ciudad israelí, donde volvieron a sonar las alarmas antiaéreas, mientras el enviado especial de EE.UU. intenta contener la escalada bélica.

La muerte del hombre, de unos 50 años, fue confirmada por la Policía y el servicio de emergencia israelí Maguén David Adom y eleva a diez los muertos en Israel desde el comienzo de la escalada el pasado lunes.

El impacto en Ramat Gan es el más cercano en años a Tel Aviv, segunda ciudad más poblada del país y que en la actual escalada ha sido uno de los objetivos principales de las milicias palestinas en Gaza.

Además de Tel Aviv, la última ola de cohetes lanzada desde el enclave hizo sonar las alarmas antiaéreas en distintas ciudades del centro de Israel, e incluso cerca de la ciudad palestina de Nablus, en Cisjordania ocupada.

Estos disparos llegan tras una jornada del viernes en la que disminuyó la intensidad de los ataques, y una mañana de sábado relativamente tranquila, y en el marco de los intentos de mediación del subsecretario adjunto para Asuntos Palestinos e Israelíes del Departamento de Estado de EE.UU., Hady Amr, que llegó en las últimas horas al país.

Mientras que durante la noche y madrugada Israel continuó atacando objetivos militares del movimiento islamista Hamás, que controla la Franja de Gaza, los cohetes desde el enclave no se detuvieron este sábado, y según cifras del Ejército israelí, se elevan ya a 2.300 desde que comenzaran los disparos el lunes por la tarde.

El número de muertos palestinos en Gaza alcanzó los 140, entre ellos 40 niños y tras el fallecimiento esta mañana de una familia de 10 personas, en lo que fuentes palestinas describieron como una «masacre» por parte de las fuerzas israelíes.

El Ejército aseguró que el ataque iba dirigido a altos funciones del movimiento islamista Hamás, «en un apartamento utilizado como infraestructura terrorista», y culpó al grupo de «utilizar a civiles como escudos humanos».