French President Francois Hollande (2ndR) shakes hand with Prime Minister Manuel Valls (R) following the weekly cabinet meeting after a government reshuffle at the Elysee Palace in Paris, August 27, 2014. REUTERS/Philippe Wojazer (FRANCE - Tags: POLITICS) FRANCE-POLITICS/ | PHILIPPE WOJAZER

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El nuevo Gobierno socialista de Francia, nombrado el martes por el presidente François Hollande, comienzó ayer su andadura con un primer Consejo de Ministros, en medio de las dudas y de las críticas, tanto de la oposición de derechas como de sectores de la izquierda.

Desde el ala más progresista del Partido Socialista y desde otros sectores de la izquierda se apunta sobre todo al nuevo ministro de Economía, Emmanuel Macron, un joven procedente de la banca de negocios, exconsejero de Hollande, a quien inspiró sus medidas más liberales.

Opiniones diversas

«Es una provocación», indicaron algunos de los diputados socialistas que reclaman un giro económico al Ejecutivo y que lamentan la salida del hasta ahora responsable de Economía, Arnaud Montebourg, que encarnaba en el seno del Gobierno su voluntad de relajar la reducción del déficit.

Macron tampoco ha gustado a los sindicatos, mientras que la patronal, con quien ha mantenido contactos como consejero de Hollande, se mostró más satisfecha aunque su presidente, Pierre Grattaz, afirmó que aguarda «hechos y medidas» para juzgarle.

«Llego con una reputación que ha construido sobre mí la prensa. Para el futuro pido que me juzguen por mis actos y mis palabras», afirmó el nuevo responsable de Economía durante su toma de posesión.

La andadura del nuevo Gabinete de Hollande y su primer ministro Manuel Valls llega saludado con escaso entusiasmo, según el instituto demoscópico Ifop. que constata que una amplia mayoría de los franceses (63 %) están descontentos con su composición y más de la mitad (55 %) quieren la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de elecciones legislativas.

En cuanto a la salida del extitular de Economía, Arnaud Montebourg, cuyas declaraciones contra la línea del Gobierno la semana pasada (en concreto contra lo que él llama la «política de austeridad») estuvieron en el origen de la crisis, sólo un 31 % de sus compatriotas encuestados dijeron lamentarla.