Soldados tunecinos hacen guardia junto a un tanque del Ejército situado en la plaza de la Independencia, en la capital de Túnez. | Efe

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La tensión continuaba ayer en la capital tunecina, donde se produjeron diversos tiroteos entre las fuerzas de seguridad y grupos aparentemente fieles al derrocado presidente Zine el Abidín Ben Alí, huido a Arabia Saudí el pasado viernes.

Los enfrentamientos han alcanzado incluso al palacio presidencial de Cartago, en las inmediaciones de la capital, así como al barrio de Gammart, donde se encuentra la mayoría de las embajadas y residencias diplomáticas, entre ellas las de España, Francia, Arabia Saudí y Líbano, aunque la situación parecía haberse calmado, tras la aplicación del toque de queda, a las 19.00 horas.


Justicia contra el caos

Entretanto, el primer ministro tunecino, Mohamed Gannouchi, aseguró que las autoridades «no transigirán con aquellos que siembran el caos ni con los que atenten contra la seguridad del país». En declaraciones telefónicas a la televisión pública tunecina, Gannouchi aseveró que «será la justicia la que identificará a los responsables de esta situación», sin querer entrar en detalles sobre la posible filiación de los grupos que se habían enfrentado a las fuerzas de seguridad.

Gannouchi afirmó que se ha arrestado a «un gran numero de bandas criminales» y rindió un homenaje a las fuerzas del orden, militares, policía y Guardia Nacional, que «están haciendo un trabajo heroico para garantizar la seguridad de la nación». Con el toque de queda, las calles de la capital tunecina quedaron prácticamente desiertas y únicamente se observa la presencia de un fuerte dispositivo policial y militar, apoyado por helicópteros.

Los enfrentamientos fueron especialmente virulentos por la tarde, cuando, según algunas versiones, grupos armados integrados por individuos vestidos de civil intentaron asaltar el palacio de Cartago, aunque fueron rechazados por unidades policiales y militares. Algunos observadores indican que los asaltantes podrían ser partidarios del general Ali Sariati, que había sido jefe de seguridad de Ben Alí.

Seis europeos detenidos

Al ser repelidos por los militares, los asaltantes salieron en desbandada y entraron en los jardines y las casas de la zona de Cartago.

Las fuerzas de seguridad han instalado controles en diversas zonas de la capital tunecina y han practicado diversas detenciones. En unos de esos controles fueron detenidos ayer seis ciudadanos occidentales, posiblemente cuatro de nacionalidad alemana y dos suecos, durante un registro de taxis en el centro de Túnez, según imágenes mostradas en un canal de la televisión tunecina.