El atentado de Baquba se produjo durante un funeral.

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La CIA recibió información de que Irak había abandonado su programa de armamento no convencional, pero no le comunicó esos datos al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, según publica ayer el diario «The New York Times».

En un artículo publicado en primera página que cita como fuente a funcionarios del Gobierno no identificados, el diario sostiene que algunos familiares de científicos iraquíes habían indicado, antes de la invasión estadounidense, que los programas de armamento nuclear, biológico y químico habían sido cancelados.

La CIA, indica el periódico, no sólo no le dio esa información a Bush sino que además «advirtió públicamente sobre la amenaza que representaban las armas de destrucción masiva de Sadam Husein».

Según «The New York Times», «la existencia de una operación secreta pre-bélica de la CIA para obtener información de familiares de científicos iraquíes, y el hecho de que esas declaraciones no se comunicaron al presidente y otros funcionarios, fueron descubiertos por el Comité Selecto de Inteligencia del Senado». Desde el verano de 2002, cuando el Congreso de Estados Unidos claudicó de su prerrogativa constitucional para declarar la guerra y otorgó al presidente Bush la autoridad para decidir cuándo y cómo se atacaría a Irak, la Casa Blanca sostuvo que el régimen de Irak era peligroso por su armamento nuclear.

En los meses que transcurrieron hasta la invasión, Bush y varios funcionarios de su Gobierno dijeron a todo el mundo que Irak poseía ese armamento. Desde hace más de un año, un equipo de unos 1.700 soldados y expertos estadounidenses ha buscado dicho armamento, o los laboratorios y fábricas que supuestamente los produjeron, sin éxito.

Esta semana, el Comité Selecto de Inteligencia divulgará el resultado de la primera fase de su investigación de varios meses acerca de qué sabía realmente el Gobierno de EEUU sobre el armamento de Irak antes de la guerra.