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El riesgo de que Italia haya entrado en recesión económica creó alarma generalizada en todos los sectores, mientras los agentes sociales y la oposición política critican la gestión del gobierno. El Instituto Nacional de Estadísticas informó ayer de que el Producto Interior Bruto se redujo en Italia el 0,1% en el segundo trimestre del año, al igual que entre enero y marzo.

Técnicamente, según los economistas, dos trimestres consecutivos con resultados negativos del PIB permiten hablar de recesión, aunque los técnicos de Estadísticas, en su comentario de los datos, han preferido hablar de «estancamiento», dada la cautela con que debe tratarse un dato aún estimativo pues el definitivo se dará a conocer el 10 de septiembre. Hay que remontarse a 1992 para recordar en Italia una caída del PIB en dos trimestres seguidos, que se ha dado ahora después de que 2002 se cerrara con un crecimiento de la riqueza interna del 0,4%.

La última variación negativa del PIB fue del 0,1% en el cuarto trimestre de 2001, aunque no fue secundada en los tres meses siguientes. En conjunto, los datos registrados entre enero y junio ponen en peligro la previsión del gobierno de Berlusconi de cerrar el año con un crecimiento del 0,8%, pese a que los analistas coinciden en que habrá una recuperación de la economía en la segunda mitad de este ejercicio, que debería ser bastante notable para conseguir el objetivo.