Bush y Powell se reunieron ayer con líderes africanos.

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EFE-BAGDAD El régimen iraquí retó ayer de nuevo a EE UU con su enésima negativa a aceptar una incondicional retorno de los inspectores de desarme de la ONU, si antes no se aceptan una serie de condiciones previas entre las que incluye el fin del embargo que asfixia desde 1990 al pueblo iraquí. Sólo un día después de que el presidente estadounidense, George W. Bush, cediera en su política de «unilateralismo» y traspasara una «responsabilidad hipotecada» a las Naciones Unidas, el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, reafirmó la desafiante actitud adoptada por su país.

«Si los expertos regresan sin condiciones no servirá para resolver el problema, pues ya tenemos la experiencia de 1998, cuando autorizamos el retorno y tal concesión no frenó el ataque de Estados Unidos y el Reino Unido», dijo Aziz. Tras ser acusados de espionaje, el equipo de desarme de la ONU abandonó Bagdad el 16 de diciembre de 1998, escasas horas antes de los últimos bombardeos masivos de Washington y Londres sobre la capital iraquí. «¿Quieren que permitamos que regresen los inspectores para que investiguen nuestros sistemas de defensa y pocos meses después seamos atacados?», se preguntó con ironía Aziz.

El presidente Bush subrayó en su discurso del jueves que el hecho de que el régimen de Sadam Husein se oponga al retorno de los expertos en desarme, que supervisaban la destrucción del arsenal de armas no convencionales de Irak, es una «prueba concluyente» de que este país posee el citado material. «No trabajaremos bajo las condiciones de Bush, pues los que busca es controlar las reservas de petróleo de Oriente Medio para imponer su hegemonía sobre Japón y Europa», advirtió Aziz. «Además, quiere proteger a Israel para que le ayude a desmembrar a todos los países árabes, empezando por Irak», agregó.

En sus declaraciones, que constituyen la primera reacción oficial de un miembro del Gobierno de Sadam Husein a la alocución de Bush, Aziz subrayó también que la Administración estadounidense «aprenderá una lección» si se decide a atacar su nación. «Dependerá de la misericordia de Dios y de nuestro potencial, pero el pueblo iraquí está dispuesto a luchar con todas las armas que posee para defender nuestra tierra de la agresión de Estados Unidos», indicó Aziz.