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La captura del presunto «número dos» en Europa del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Cevat Soysal, anunciada ayer, miércoles, por el primer ministro turco, Bulent Ecevit, supone un nuevo golpe para la organización kurda cuyo líder, Abdalá Ocalan, fue condenado a muerte el pasado 29 de junio.

La detención del presunto dirigente kurdo Cevat Soysal «no es el resultado de una operación clandestina del estado turco», sino una iniciativa de las autoridades de Moldavia, según la agencia de noticias kurda DEM, con sede en Colonia (RFA).

Fuentes gubernamentales turcas aseguraron que Soysal, conocido también como «Cemil-Mehmet Hoca», «defiende una línea violenta dentro del PKK y es responsable de los ataques suicidas dentro de la organización», pero la agencia pro-kurda DEM, con base en Alemania, negó que fuese el «número dos» de esta organización en Europa y dijo que se trataba de un mero «militante».

Este misterio que rodea a la operación de las fuerzas de seguridad turcas para capturar a Soysal recuerda a la detención el pasado 17 de febrero en Nairobi de Ocalan.

«Nuestro colega Cevat Soysal ha sido detenido por las autoridades moldavas y entregado a Turquía», sostiene un comunicado del Frente Nacional para la Liberación del Kurdistán (ERNK) -el ala política del PKK- difundido por DEM.

En el mismo, la cúpula del movimiento kurdo asegura que Soysal permaneció durante una semana bajo «custodia» en esa antigua república soviética.
Fuentes del Frente Nacional para la Liberación del Kurdistán citadas por DEM afirman que Moldavia reconoció ante ellos, en un primer momento, haber detenido a Soysal, pero que luego lo negó y optó por su entrega al gobierno de Ankara.

Al dar este paso, Moldavia ha «violado la ley internacional», dice el comunicado difundido por la agencia kurda de noticias.