TW
0

Por primera vez desde que hace un año comenzó el escándalo sexual que ha puesto en jaque la presidencia de Bill Clinton, el mundo pudo ayer escuchar y ver a Monica Lewinsky, quien, para dolor de los republicanos, se comportó con mayor aplomo del que se esperaba.

Los cien senadores que el 7 de enero iniciaron el juicio político contra Clinton por perjurio y obstrucción a la Justicia contemplaron varios fragmentos del vídeo con la declaración de la ex becaria de la Casa Blanca, en una sesión que fue emitida en directo por ocho cadenas de televisión a todo el país.

En el vídeo, grabado el pasado lunes, Lewinsky, de 25 años y que cuando mantuvo una relación con Clinton tenía 22, se comportó con bastante madurez y confianza, nunca reflejó nervios y demostró además que tiene una larga experiencia como testigo.